¿Estamos las mujeres cambiando el mundo? por Beatriz Villarreal

Este 2019 también ha sido un año de protestas de las mujeres contra el bullying, el acoso sexual y las agresiones en Hollywood, Cannes, España,  Argentina y en todo el mundo.  La lucha contra el machismo de susurro se convirtió en un enorme grito. Pues acabar con más de 2.000 años de machismo es una gran e histórica tarea. El “Me too” resultó ser el motor de cambio social que lo debilitó aún más. Más que una lucha contra la economía se convirtió en una lucha contra el mundo del silencio. Vindica los Derechos Humanos de las mujeres como son la libertad y la igualdad. Un importante y simbólico ejemplo fue el Festival de la Canción Eurovisión en Europa. La ganadora del festival del 2018 dio un mensaje contra el acoso y el bullying. Este es al ambiente que se da en ese continente ante la evidencia y denuncia diaria de muertes y abuso sexuales que sufren las mujeres, en manos de los hombres de muchos países que aún no denuncian. Los contenidos de las canciones en este festival fueron novedosos. Incluyeron las diferencias y a las minorías humanas. La ganadora fue una mujer israelí superviviente de las agresiones y ofensas, por ser diferente, gorda. Esto demuestra un cambio significativo en una Europa extendida que incluye a Israel. Es una Europa diversa y compleja, reinvidicativa y feminista. La ganadora representa un cambio de mentalidad, mostrando un perfil democrático, a pesar de la política de Netanyahu.

Para el Parlamento Europeo la lucha de las mujeres  tiene que darse en el campo político también, al igual que en el social y el legal. Considera que en el ámbito del poder es donde se cambian las cosas, pues es donde se legisla y se hacen las leyes. Este nuevo enfoque está determinado a cumplir las leyes y los convenios internacionales. “El Convenio de Estambul” aprobado en el año 2014 definió el delito  contra la libertad sexual como las acciones realizadas sin consentimiento de las mujeres. Es el primer instrumento en Europa que fija normas jurídicas vinculantes y obligatorias que tienen que ser acatadas por los países firmantes, para prevenir concretamente, la violencia por razones de género para proteger a las víctimas y castigar a los autores. Esto se logró con la firma de este convenio por parte de la Unión Europea  en junio de 2017. Es necesario que el Parlamento Europeo de su aprobación y adhesión a este convenio. Los Estados hasta ahora en sus códigos legales no han incorporado, lo referente al no consentimiento de las relaciones sexuales por las mujeres, aún dentro del matrimonio, de las parejas de hecho, o a las relaciones casuales. El Código de Estambul se refiere a la falta de libertad sexual de las mujeres. Establece penas contra la violencia sexual y la intimidación.

La representante española es la diputada Beatriz Becerra  ante el Parlamento Europeo. Considera que lo que se ha dado es una banalización  de las relaciones sexuales. Han sido convertidas en una práctica de ocio. Para Becerra “tener relaciones sexuales consensuadas, libres, sanas e iguales es diferente a ser un juguete de algunos”. El papel de la educación es fundamental, la prostitución es la trata de personas que deshumaniza y cosifica al que recibe. Para esta eurodiputada la prioridad es lograr fortalecer la persecución de los proxenetas y penalizar el consumo de los clientes. Se tiene que definir si la prostitución es una profesión aceptable o no. Se tienen que destacar que aún hoy la prostitución es legal. Esto es una lacra social que hay que desterrar definitivamente lo más rápido posible. En algunos países se está luchando contra esto.  Los resultados están siendo lentos pero seguros. Esperemos más avances en esta dirección.

La lucha para que las mujeres sean más libres e iguales se está dando en el campo de las relaciones sexuales, cada vez más en los países se denuncian los femicidios, violaciones y las agresiones sexuales contra las mujeres. Este es otro de los últimos bastiones que les da aún un gran poder a los hombres. Hoy es el campo de lucha de las mujeres en busca de su voz, de su libertad y de su igualdad. Y en este sentido, si estamos cambiando el mundo, aunque el camino sea aún largo como es el de la desigualdad salarial. 

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Ignacio EspañaComentario