Luis Javier Crisóstomo - Contribuyendo a la historia
La historia que estudiamos en la escuela guatemalteca nos habla de hechos pasados como invasiones, inventos, héroes de pueblos, vida de dictadores, guerras, fechas y lugares en que sucedieron. En algunos textos la historia del país arranca con los viajes de Colón, la vida de los hijos de los españoles en la época colonial, la independencia declarada por los criollos, la revolución de 1871 de manera incompleta, la revolución de octubre de 1944 y casi nada del conflicto interno. La historia no capta la vida de todos los pueblos.
Ahora que se tiene un gobierno cuyas políticas y acciones están abonando mucho a la historia actual y del futuro, esperaremos que las y los historiadores estén haciendo el análisis minucioso para registrar los hechos relevantes para que sean estudiados y no se vuelvan a repetir, especialmente los que hacen daño a la población guatemalteca. De lo dicho en medios de comunicación y en debates públicos es que el liderazgo que hoy conduce el país es sinvergüenza porque miente de día y de noche y en cualquier parte, piensa y actúa en beneficio propio por su apoyo a las reacciones y acciones a favor de la corrupción y de la impunidad. La historia está registrando quiénes integran el grupo y los motivos que los lleva a actuar de esa manera. La corrupción tiene que ser estudiada y analizada en la escuela de todos los niveles, sus consecuencias en la vida de los pueblos, en el funcionamiento de los poderes del Estado como el Congreso, el Organismo Judicial y el Ejecutivo. Es importante estudiar la corrupción en todos los niveles y sus efectos en el uso adecuado de los recursos. Más de lo mismo es impensable.
Llegar al poder con base a mentiras y hechos que no dan cuenta de los recursos utilizados carece de seriedad y valor. Sostenerse en el poder por la fuerza, miedo entre los gobernados, persecución y encarcelamiento de líderes no cuenta con la aprobación de la población. Dejar el poder en medio de la desaprobación de los pueblos es vivir el resto de vida sin estar en paz, aunque se cuente con mucho dinero. En las áreas rurales del país, queda en el recuerdo cuando se hacía campaña política sin uso de recursos económicos, más bien se hablaba y se hacía lo posible por ejecutar acciones en beneficio de la población. Las generaciones adultas aprecian algunas figuras locales con suficientes indicadores de servicio, humildad, honradez y visión clara por el bienestar de todos. Ahora, con vergüenza se reconoce que el liderazgo actual está en problemas para atender a las comunidades porque en muchos casos el esfuerzo se dedica a ver con qué recursos se quedan de manera personal. Estos son algunos datos e información para abonar el curso de la historia que leerán las generaciones futuras.
Ante los acontecimientos de la coyuntura actual, es de apreciar el esfuerzo de la juventud universitaria que considera relevante luchar en contra de la corrupción y de la impunidad. Quiere decir que además de la teoría de los hechos se aprende haciendo práctica de los derechos y obligaciones junto con los pueblos, los que sufren y con los excluidos. De esta juventud estudiosa se esperan las propuestas que hagan real la práctica de la justicia, la democracia, la construcción de la paz y el desarrollo para todas y todos. Por todo lo bueno al país, el liderazgo positivo no debe ceder ante el dinero. Las organizaciones de los pueblos deben realizar esfuerzos para explicar a la ciudadanía activa local los motivos que imposibilitan el desarrollo y la escasez o falta de servicios públicos como salud, educación y justicia.