Giovanni Tobar - El costo de oportunidad del tráfico vehicular en la ciudad de Guatemala
Más allá de una definición económica, el costo de oportunidad se reduce a las n posibilidades que dejo de hacer por hacer algo, por ejemplo el hacer una hora de gimnasio diariamente, me priva de ocupar esa hora en leer, meditar, trabajar en una nueva actividad o en todo caso, en dormir.
En promedio los guatemaltecos pasamos como mínimo tres horas en tráfico diariamente para conducirnos a nuestras actividades laborales, pasando de cola en cola a casi cualquier hora del día, en cualquier rincón de la ciudad,
Este podría ser un buen indicador que la economía del país marcha bien, pues con los precios actuales de los combustibles, moverse en carro no es una opción barata. Quizá, muchos utilizamos el carro por cuestiones de seguridad, pues las opciones de transporte público aunque son de muy bajo costo al usuario, son realmente pésimas e inseguras.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que gracias a la ineptitud de las corporaciones municipales de la ciudad de Guatemala y municipios aledaños, tres maravillosas horas de nuestro día se las tenemos que dedicar a estar resignados haciendo religiosamente interminables colas.
Tres horas, son tres horas, en las cuales podríamos hacer un sinfín de actividades más que estar en medio del horrendo tráfico, veamos lo que significan esas tres horas por los casi tres millones de guatemaltecos que nos movemos diariamente de los municipios aledaños a la ciudad.
Si lo traspolamos a factores de competitividad el costo económico es demasiado alto, la pérdida de tiempo de los trabajadores, los costos de transporte de materias primas y productos terminados definitivamente inhiben el potencial crecimiento de la economía del país, no digamos en términos de problemas emocionales y nerviosos para los ciudadanos.
La respuesta tradicional que las “munis” conjuntamente con el gobierno de turno han dado al problema del congestionamiento vial ha sido el construir más servicios que otorgue más opciones viales, sin embargo el tiempo ha demostrado que la construcción de puentes y caminos incrementa la demanda por el uso de infraestructura, lo que se traducen en el mediano y largo plazo en mayores niveles de congestionamiento.
Deben pensarse soluciones más creativas, sistemas de transporte multimodal, conectividad entre los barrancos de la ciudad, el escalonamiento en los horarios de las jornadas de trabajo y de los centros educativos, digo por mencionar tan solo algunas.
Bien por las autoridades si hicieron los suficientes negocios que permitieron llegar al caos en el que nos movemos hoy en día, sin embargo ya estuvo bueno de anteponer los negocios de la familia y de los amigos al desarrollo sostenible de la ciudad.
La única razón por la cual la ciudad de Guatemala no cuenta con un metro o con mejores sistemas de transporte público es porque con ello se afecta directamente a los distribuidores de automóviles en el país u otros sectores que potencialmente financian campañas políticas.
Estoy seguro que ante una licitación internacional abierta y transparente, para concesionar los modelos y sistemas del transporte en la ciudad de Guatemala, sobrarían los oferentes, sin embargo se piensa siempre en soluciones simples, cortoplacistas, en familia, entre amigos como dice el anuncio.
Que candidato se animara a romper el círculo perverso del amiguismo, de la ciudadanía depende que haya nuevas y mejores ofertas.