Beatriz Villarreal - ¿Educación permanente, educación abierta o educación para la vida?

El origen de la educación está en la libertad cuando el humano descubre que necesita tomar decisiones para ser y vivir. Necesita aprender para vivir y luchar, para pensar y definir por sí mismo(a) lo que considera que es lo mejor. Quiere y necesita  desarrollar sus  cualidades para la vida. Para decidir por sí y para sí. Para ser libres  las personas toman conciencia de la importancia y del significado para el ejercicio de esa libertad durante toda su vida, pues tanto la libertad como la educación son procesos  de aprendizaje abiertos en constante crecimiento que le permiten poder  aprender, conocer y reflexionar con criterio propio.  Nunca se acaba de aprender. Cada vez somos más libres y podemos aprender más. La crítica que hace el filósofo español Emilio Lledó al concepto actual de educación permanente es que  la educación sigue siendo considerada un proyecto parcial o temporal, con ir a la escuela por unos años los capacita y es suficiente para conocer todo lo que existe y de manera permanente.

Este autor opina que al concepto de educación permanente actual  se le sigue dando el énfasis que continúa la concepción tradicional de educación. No se especifica ni se demuestra que la educación tiene que estar presente en toda la vida de la persona. Para Lledó la educación permanente tiene que proyectarse más allá del aula o de la escuela. Rebasar su acción más allá del sistema escolar. Y recoger la posibilidad de ejercer funciones educativas a otras agencias o agentes sociales además del profesor. Esta definición la realiza retomando de la concepción del escritor Manuel Pereira López  escribió en 1977. Esto le permitió poner en contexto y exponer las dimensiones y potencialidades que guarda el concepto de educación permanente. Según las definiciones teorizadas con distintas perspectivas y críticas permiten  superan la perspectiva tradicional que se le da dado a la idea  permanente como parcial y desactualizada.

Además para continuar con la amplia relación entre educación y libertad es importante incorporar la definición de la  UNESCO  de 1996.  Es la noción que produce la verdadera significación de la educación moderna y aquella que debe inspirar todos los esfuerzos de renovación. Lledó profundiza esta teoría con un escrito de Juan de Amos del siglo XVII donde señala que “de la misma manera que para el género humano el mundo es una escuela, desde el comienzo de los tiempos, así también par el individuo es una escuela su vida entera desde que nace hasta que muere”.  Y para Condorcet  en 1792 “es ofrecer a todos los individuos de la especie humana los medios para satisfacer sus necesidades de asegurar su bienestar, de conocer y ejercer sus derechos, de saber y cumplir sus deberes”. Educar para Lledó es hacer posibles en el individuo los logros mejores de una colectividad. Esto le permite superar una educación parecida a un adoctrinamiento que lo aniquila y lo embrutece, sino que es algo que lo libera. Esta liberación es creación que lo hace poner sobre el plano de la naturaleza un producto único y exclusivamente humano que es la cultura. 

La educación tiene que ser permanente si lo hace capaz de mirar más allá de lo inmediato y simple. E ir hacia el  desarrollo de la sensibilidad y la inteligencia humana. Educar es todo lo que fomente este despliegue y al mismo tiempo es lo que esfuerza por extender en la mayoría de los hombres esos deseos, integrando todos los conocimientos en la vida y la solidaridad de la comunidad que los produce. Es por esta razón que la educación siempre es permanente. Se aprende desde la vida, la escuela está hecha de la misma materia que la vida. La vida es múltiple y complicada e infinitamente más rica que el catecismo que muchas veces le impone el poder a la educación escolar. No hay separación entre vida y escuela, ambos son vasos comunicantes.

En el mundo actual ante y con la aceleración histórica se aprenden y transmiten con gran rapidez los logros y los errores. La cultura y la comunicación son instantáneas. Por lo que se impone la dialéctica del error, el logro y la esperanza a lo que antes era el “todo es igual”. Este tipo de enseñanza permite replantear los supuestos metodológicos de la enseñanza tradicional que para Harold y June Shane  en 1974 la pensaron como una revolución necesaria para la práctica de la enseñanza que va: 1) del aprendizaje singular al aprendizaje múltiple. 2) De la incorporación pasiva de respuestas a la búsqueda activa de ellas. 3) De programas rígidos a programas flexibles. 4) De entrenamiento de saberes formales a construir actitudes que estimulen la necesidad y búsqueda de conocimientos. 5) De la iniciativa y dirección del profesor a la planificación común de iniciativas. 6) De contenidos aislados a contenidos interrelacionados. 7) De respuestas memorizadas a planteamientos de problemas. 8) De la importancia de los libros de textos al uso de otros medios complementarios de la pura información. Y 9) Del dominio pasivo de la información a la estimulación activa  del entendimiento. Estos planteamientos son parte de las visiones nuevas en educación que son resultado de la ampliación de la base teórica, concepción, definición y profundización de  la teoría  educativa anterior.

Porque hoy las formas de vida están menos ligadas a la tradición que en épocas anteriores ya que les ha permitido a las sociedades democráticas, cada vez más, construir un territorio neutral, menos ideológico, sobre el que le permitan levantarse las ideas que determinen las actuaciones del futuro. Y renovar los métodos educativos anticuados  de sus ideologías. Son superados pues en estos días los materiales de instrucción pueden estar en todas las acciones sociales, técnicas y científicas que se están realizando constantemente en el propio proceso de la vida colectiva global. Con esta gran innovación, la vida misma alumbra y adquiere un auténtico valor educativo, según lo evidenció B. Suchodolsky desde el año 1975 cuando afirmó que “De hecho el cine, la radio, la prensa, etcétera, no son unos centros separados de la vida, como la escuela, sino que forman parte integrante de la vida”. Y son el dominio inmenso  a los que se denominan como los medios de comunicación de masas que tanto influencia tienen  en la vida cotidiana de todos nosotros (as).

Esta es in situación inusitada que se tiene que tomar en cuenta. Nunca antes han coincidido tantas instancias que se pueden calificar de educativas  que ofrecen contenidos educativos a  escuelas y universidades, sistemas de valores, doctrinas religiosas, grupos familiares, productos culturales e ideologías políticas. Para hacer realidad la  identificación entre educación y libertad los proyectos educativos deben ser permanentes, abiertos y para la vida. Para mantener el fecundo equilibrio entre las experiencias y los conocimientos  que se ofrecen a la creatividad material e inmaterial de los individuos que los asume y asimila. 

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Ignacio EspañaComentario