Juan Alberto Castañeda Juárez - El legado de exalcalde Arzú

Mucho se ha dicho y escrito aun mes del fallecimiento del polémico exalcalde que durante más de cincuenta años participo en el escenario político guatemalteco. Existen según el cristal con que se mire luces y sombras de este personaje, pero el ejercicio de investigación y análisis que debemos realizar hay que colocarlo en la balanza y entonces veremos que pesa más.

Algunas personas me han mencionado que al señor Álvaro Arzú le agradecen el transmetro, porque aducen que es un servicio de transporte público donde no asaltan al usuario; también dicen que las calles permanecen limpias; que tienen agua potable durante 2 o 3 horas al día; que existen varias empresas de recolección de basura que cubren la mayoría de barrios y colonias de la ciudad; que los agentes de EMETRA han realizado un buen trabajo en el tránsito de vehículos en la capital; que en el edificio de correos habilitó varias escuelas de teatro, danza, música, pintura y de arte urbano (grafiti, malabarismo, mimos, etc); que este año se inauguró un albergue para perros callejeros en la zona 21 y que impulso la actividad física organizando en la capital las carreras 5, 10 y 20 K.

Con todo respeto debo mencionar que para mí el transmetro es un servicio ineficiente e indigno, obviamente comparado con los buses rojos es mejor, aquí podría aplicarse aquel refrán (en tierra de ciegos el tuerto es rey). Las personas van hacinadas, pegadas unas a otras, y debo decir que no hay asaltos a mano armada pero si hurtos, pues van tan pegadas las personas que no se dan cuenta a qué hora les despojan de sus celulares, billeteras u otros objetos de valor. No es creíble que el transmetro trabaje con pérdidas cuando son miles y miles los que abordan esas unidades de transporte todos los días y a toda hora. También es importante indicar que se asigna un aporte millonario en concepto de subsidio por parte del gobierno central.

Luego de estar cinco veces como alcalde de la ciudad capital no sé a quién responsabilizar por el desastroso servicio de transporte público sino a Álvaro Arzú. Hablar del transurbano y de los buses (chatarras) rojos, es hablar de más corrupción e impunidad. Un servicio que da vergüenza y que no dignifica a los guatemaltecos. Un servicio de transporte que es sinónimo de extorsión, robo y muerte. También queda en la mesa de discusión que la empresa de Transmetro funciona con un fideicomiso, por lo tanto no es transparente en el manejo de sus finanzas.

En cuanto a las calles limpias, es oportuno decir que las personas que andan con su gabacha verde y logo de la municipalidad de Guatemala, no trabajan para la municipalidad. Estas personas están contratadas por empresas que prestan sus servicios a la municipalidad, los llamados outsoucing. Estas empresas que se dedican a la tercerización contratan a su personal por servicios técnicos, es decir, que no gozan de prestaciones ni de ningún seguro.

Hablar de EMETRA es hablar de prepotencia, de abuso de autoridad, de incapacidad. Multas, cepos son la constante cuando son rebasados en su capacidad y son recriminados por los pilotos de vehículos por su falta de efectividad. Siempre que se da un atolladero en el transito es porque los agentes de EMETRA están dirigiendo el mismo. No están capacitados para tomar decisiones en momentos de sobrecarga o de colisiones de vehículos. Así de simple.

En cuanto a las escuelas de música, danza, teatro y pintura, así como, guarderías y escuelas de preprimaria y primaria donde se da prioridad a los hijos de los empleados de la municipalidad, quiero decir que no fue ningún favor lo que hizo el exalcalde Arzú, era su gorda obligación ya que esto es parte de lo que deben hacer las municipalidades. Queda en deuda con relación a la construcción de escuelas e institutos en la ciudad capital así también en relación a la construcción de centros deportivos y recreativos.

Al margen de lo relacionado a la Municipalidad de Guatemala, ha permanecido oculto para la mayoría de la población el trato íntimo de Álvaro Arzú con los  Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos, relación que se formó desde los tiempos en que militó como parte de la Juventud Anticomunista en el Partido Movimiento de Liberación Nacional. Por ello la amistad con miembros del ejército contrainsurgente como el caso del Capitán Byron Lima desde que éste fue miembro de su Estado Mayor, hasta la muerte de Lima Oliva, relación que quedó evidenciada por la CICIG y el MP en el caso “Caja de Pandora” en el que se investiga el financiamiento ilícito de Lima Oliva al Partido Unionista propiedad de Arzú. El expresidente y exalcalde es el responsable de la venta de los principales activos del Estado (empresa eléctrica, GUATEL, correos y telégrafos, INDECA, editorial José de Pineda Ibarra, BANDESA, etc.) procesos realizados con gran opacidad y en los cuales se presume una participación del líder de la piñatización y sus principales adláteres como accionistas de las nuevas empresas.

Hoy día los guatemaltecos pagamos la electricidad y las comunicaciones telefónicas más caras de Centroamérica; tenemos plena anarquía en el servicio de transporte público con muertes de pilotos de buses, taxis y mototaxis, ayudantes y pasajeros, un pésimo servicio donde los usuarios sufren extorsiones de toda índole, atentados a su seguridad y toda clase de abusos; no tenemos agua en muchos barrios y colonias; el problema de la basura solo se oculta con el programa limpia y verde, y en el caso del relleno sanitario no se ha planteado una solución final al problema; el cobro del IUSI es discrecional por parte de la Municipalidad; se utilizan fideicomisos para la empresa de transporte, para la empresa municipal de agua; la siembra de flores y caminamientos solo en las áreas mayor transitadas o de flujo turístico, comercial o financiero, permaneciendo olvidadas las calles y avenidas de la periferia.

Pienso que a los guatemaltecos nos hace falta informarnos y tener una actitud crítica ante las versiones y comentarios que nos llegan por medios electrónicos, televisivos o escritos. La verdad hay que leer más sobre nuestra historia y sobre los políticos convertidos en funcionarios públicos que se han olvidado de privilegiar el interés general sobre el particular y que ellos no son superiores a la ley sino que están sujetos a la misma y sacar nuestras propias conclusiones y poder incidir positivamente en nuestros semejantes. Este es uno de nuestros mayores desafíos.

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