Rogelio Salazar de León - Corre y va de nuevo

He aquí a los políticos que ya han gobernado y que a pesar de haberlo hecho han seguido haciéndolo, abusando y reiterando gestos, actos y porfías.

Si a usted le han reducido el salario o sus prestaciones, si usted tiene parientes fuera del país, concretamente, si los suyos han viajado al norte y coloquialmente son de aquellos que pueden ser nombrados como “los mojados”, si usted es de aquellos que ha tenido que sacar a sus hijos de estudiar, o de quienes ni siquiera se atreve a viajar en bus, si usted es de aquellos que ha ido a la emergencia de algún hospital y ha tenido que regresar a su casa con los mismos dolores a cuestas, si usted es de aquellos que con un hijo enfermo ha llegado a una botica en la que no podido comprar ni un analgésico, si usted es de los guatemaltecos a los que todo lo afecta por igual, sean sequías o inundaciones, si usted está en cualquiera de los casos anteriores o en cualquier otro imaginable o no, hoy tiene la oportunidad de seguir viviendo de la ilusión, de las ilusiones de la imaginación, de los espejismos de los sentidos que lo han engañado porque, en honor a la verdad, nadie nos ha engañado, siempre hemos sabido que mentían, somos nosotros mismos quienes nos hemos engañado.

Pero, no es que seamos idiotas, no es que hayamos perdido la capacidad de captar las señales que deberíamos ser capaces de captar, la verdad es que en el mundo real seguimos resbalándonos y hundiéndonos en el lodo hasta el cuello, como siempre ha sucedido.

Quién no quisiera que la palabra fuera tan poderosa y potente, como para que bastase pronunciarla para que se cumpliese; si con decir “hágase” fuese suficiente, como lo fue para el Dios del Génesis, entonces, no habría rompimiento ni desnivel entre el lodoso mundo real y el nítido mundo de las ideas; y es que, aunque parezca mentira, este mundo de las ideas es el los políticos, pese a que ni ellos mismos lo sepan y tal vez para hablar sólo del mejor de los casos.

Pero la verdad es que ellos hablan de ideas, así sea a machetazos y a raja tabla, de cosas como la democracia, la justicia, la honestidad, la libertad, la igualdad sin llegar al mundo.

Si siempre hemos sabido que mentían es porque, en el fondo, siempre hemos sabido que en algún punto está rota la cadena que va de las ideas a los hechos; de modo que como se decía hace un rato, la verdad de las cosas es que, siendo ilusos, tampoco somos tan idiotas.

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