Dios habla al hombre por Juan Gregorio
Dios habla al hombre de diferentes maneras, pero tres son las maneras más importantes a través de las cuales Dios habla al hombre. 1. Dios habla al hombre a través de su creación. En el libro de los Salmos, capítulo 19, versículo 1, dice: “Los cielos cuentan la Gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” 2. Dios habla al hombre a través de su Palabra escrita. La Palabra escrita es inspirada por Dios. Dice en II Timoteo capítulo 3, versículo 16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” 3. Dios habla al hombre a través de Jesucristo su Hijo, quien se hizo hombre para poder alcanzarnos a nosotros los mortales.
Las tres revelaciones de Dios son contundentes para que podamos entender la existencia de Dios y su relación con el hombre; pero más contundente es la revelación de Él a través de su Hijo Jesucristo, porque nuestro Señor Jesucristo es la máxima expresión del amor de Dios para nosotros los humanos, porque Él tomó el castigo que nuestros hechos merecían, al morir en la cruz del calvario.
Este hecho histórico de Jesús el Cristo, es más reciente que Confucio, Pitágoras, Sócrates, Platón o Aristóteles. De acuerdo con los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, Él era el Verbo de Dios hecho hombre, a quien sus discípulos tuvieron la bendición de ver, palpar y escuchar sus enseñanzas. Y, por último, ser testigos de su muerte, su resurrección y de ascensión al cielo de donde había venido.
Ahora, ¿Cuál es nuestra respuesta ante estos contundentes hechos por los cuales Dios habla al hombre? Algunos se detienen un momento a escuchar, y dicen: “Poderosa esa Palabra, lástima que no tengo tiempo para seguir escuchando.” Y, siguen su camino. Otros se muestran indiferentes ante esta Palabra, y dicen: “No me interesa.” Un tercer grupo se ríe de esta Palabra. Creen que esta Palabra es para la gente ignorante. Estas respuestas del hombre entristecen al corazón de Dios, porque Él a echo lo máximo para convencer al hombre de cuanto le ama, y que quiere el bien para su vida.
Afortunadamente, hay un grupo pequeño que sí escucha la Palabra de Dios, es convencido por ella, porque siente que él es la persona a quien le está hablando. Se rinde ante el Señor confesando sus pecados; llegando de esa manera a ser parte de la familia de Dios.
Ojalá cada uno analicemos en que grupo estamos nosotros. Seré yo del grupo que escucha por un momento la Palabra de Dios, le parece interesante, pero se va, porque no tiene tiempo para seguir escuchando; o seré del grupo que no le interesa ni siquiera escuchar la Palabra de Dios; o seré del grupo que se ríe de esta Palabra; cree que esta Palabra es para la gente ignorante; o seré del grupo pequeño que escucha la Palabra, es convencido por ella y se rinde ante el Señor confesando sus pecados.
Los que entran en el cuarto grupo, alcanzan gran bendición de Dios para ellos mismos, para sus hijos y para toda su descendencia (Éxodo 20:6). “Bendito serás tú en la ciudad y en el campo. Bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Bendita serán tu canasta y tu artesa de amasar. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano. Te hará Jehová abundar en bienes. Te abrirá Jehová (las ventanas de los cielos) para enviar la lluvia en tu tierra en su tiempo” (Deuteronomio 28:3-12). Y todo lo que hagas prosperará.” Y lo más importante, serás coronado con una vida eterna (San Juan 3:16).