Educación ciudadana y las próximas elecciones por Beatriz Villarreal
La educación ciudadana ha tomado protagonismo en las últimas dos décadas ante fenómenos socioculturales que están tomando fuerza por grupos de personas que rechazan la integración multicultural en sus países. Ante la complejidad y gravedad de expresiones políticas antiglobalizadoras, los gobiernos luchan por fortalecer sus democracias igualitarias y ciudadanas, frente al avance de grandes intereses privados, económicos y/o raciales. También reaparece el fortalecimiento de posiciones y gobiernos conservadores y populistas que rechazan el posicionamiento de democracias ciudadanas y multiculturales, ante los contingentes de inmigrantes que llegan como una forma de luchar contra el racismo, la pobreza y el desempleo en sus propios países. Pero al lugar que llegan, muchos vuelven a enfrentar el rechazo del que huían, con reacciones de personas que los agreden al considerarlos competidores laborales o los califican como inferiores raciales y/o culturales.
La globalización, los flujos migratorios, en especial la poca participación de la población en los procesos electorales es cada vez más significativa en las democracias tradicionales, a pesar del fortalecimiento de la sociedad civil institucionalizada, con capacidad de respuesta ante lo injusto. Se requiere de una mayor cantidad de ciudadanos activos, participantes conscientes y con principios éticos que los preparen para fortalecer sus reflexiones y acciones, para apoyar y defender las prácticas políticas. Estos hacen volver la mirada al planteamiento de los valores como una forma y como una salida, para superar las contra tendencias negativas de la indiferencia y el abstencionismo. Con ello pueden influir y hacer real que la población, por medio de la participación ciudadana, se convierta en un contrapeso para las conductas xenófobas, racistas y violentas de muchos grupos, que al aceptar como válido solo a un tipo de valores, rechazan las diferentes expresiones culturales y ciudadanas que tratan de convivir hoy en muchos países.
Esto requiere el abordaje del tema de la educación en valores desde la teoría y sobre todo desde la práctica democrática. Para las democracias, los valores son un aspecto fundamental para la formación de las personas para la vida en familia, en los grupos sociales y en sociedades democráticas. Son parte del proceso de diseño y formación como ciudadanos como personas activas y colaboradoras. Y como una manera de ser para vivir en democracia. Esto es lo que le corresponde a la educación ciudadana. Según Cruz Pérez “somos los seres humanos quienes tenemos la capacidad y la posibilidad de llevar a cabo este proceso de formación en base a unos contenidos, una metodología y unas finalidades concretas” (2016).
Son especie de códigos, principios y significados que nos permiten entendernos, entender su significado así como acceder bien y adecuadamente a la vida en común en un sistema democrático, organizado por ciudadanos iguales -participativos- y con identidad propia. Este es uno de los sistemas políticos que más han avanzado en los principios de libertad, igualdad y solidaridad al haber demostrado tener competencias para garantizar y ampliar avances significativos que permiten una mejor convivencia de las personas que pertenecen a ellos. No son sistemas hereditarios, cerrados o impuestos por la fuerza, sino que se basan en la participación de todos y todas, al ser tomados como iguales para elegir y para ser electos, representar y/o dirigir.
De acuerdo con la teoría filosófica, ser ciudadano implica ser consciente de que se es un sujeto beneficiario de los derechos humanos y políticos, pero también de que es responsable de que al disfrutar esos derechos, tiene que llevar a cabo ciertos deberes que permitan esa convivencia que es lo que nos vinculan con el interés público y colectivo, que es lo de todos. Porque una democracia no puede funcionar sin ciudadanos, éstos son su base. Para esto se tiene que realizar un proceso educativo en valores que los prepare e incorpore al sistema. Para Pérez la capacidad moral es exclusiva del ser humano. Es el único animal de puede actuar de manera buena o mala y ser consciente de ello. Esto es posible por el desarrollo de sistemas de valores.
Es viable hacer realidad en la próxima campaña electoral que se avecina en Guatemala esta participación y educación ciudadana? Siguiendo a Pérez, se proponen las siguientes alternativas: 1.Desplegar prácticas que permitan a los ciudadanos (as) apreciar y estimar como valiosas la colaboración, acción y participación en diferentes actividades y programas escolares, educativos y políticos que refuercen la convivencia electoral como algo bueno que nos incluye a todos (as).2. Favorecer la implicación escolar y ciudadana en proyectos colectivos electorales. 3. Apostar en esta campaña electoral, por un modelo de sociedad que promueve la inclusión social en el sentido de que colaborar y participar en organizaciones político-partidarias. No es solo un derecho de unos pocos, sino de todos. 4. Proponer y formar para un modelo de vida que se base en una ciudadanía activa. 5. Hacer conciencia sobre la responsabilidad que se tiene como ciudadano (as) de participar en la próxima campaña y elección presidencial. Así como de sus consecuencias, si no se participa.
Y en las escuelas y colegios, provocar la organización y realización de actividades de discusión y participación ciudadana que impliquen en los alumnos reflexionar, opinar y tomar postura sobre algún hecho positivo, o sobre un conflicto que ocurra durante esta campaña, que implique avances en la participación, o, por el contrario generen problemas morales. Realizar técnicas de comunicación que generen opinión sobre aspectos que se presenten en la campaña electoral, que requieran de respuestas o propuestas en las que estos sean capaces de definir y valorar y calificar su impacto.
Los objetivos a lograr son: a) Generar actividades de comunicación y dialogo como formas estables y continuas durante la campaña electoral entre los alumnos que les permitan observen los resultados positivos. b) Desarrollar con la participación ciudadana la capacidad de pensamiento reflexivo y conciencia crítica. c) Ayudar a los alumnos a tomar conciencia de sus propios valores, a afirmarlos y defenderlos públicamente. Y, a escoger valores con capacidad analítica para estudiar conflictos y posibles alternativas. d) Desarrollar competencias para establecer metas valiosas para actuar de acuerdo con ellas. Y e) Permitirles reflexionar sobre la toma de decisiones ante problemas que se les pueden plantear durante esta campaña electoral. Y, a aprender a establecer relaciones entre los posibles cursos de acción, ante un conflicto particular y sus consecuencias negativas o positivas. Con estos logros la formación de generaciones de ciudadanos (as) y de dirigentes democráticos para las próximas décadas podría sería una realidad para este país.