Sufriendo pero con comida y dinero por Luis Javier Crisóstomo

Escuchar a compatriotas que han emigrado para los Estados Unidos de Norte América es realmente una oportunidad para atender  una historia llena de penalidades, sufrimientos, anécdotas, oportunidades laborales, nostalgia cotidiana, soledad y en muchos casos hasta de muerte.

¿Pero cuáles son los motivos que despiertan el deseo de abandonar la tierra natal e irse para el Norte?. Abundan las causas. Para muchas familias, es el hecho de contar con una propiedad que apenas alcanza para construir una casa, otras familias no tienen nada, otras tienen una o dos cuerdas pero no produce lo que consume la familia para el año.  En el caso de la juventud, uno de los sectores que más emigra debido a falta de oportunidades laborales, hay jóvenes con dos años de formación escolar,  otros tienen la primaria completa, aquellos con el ciclo básico terminado y algunos titulados del ciclo diversificado. Esta juventud integrada por mujeres y hombres no tiene cómo sobrevivir porque al buscar en qué ocuparse no hay fuentes de trabajo con el perfil escolar de egreso  con que cuentan debido a que algunas oportunidades ocupacionales existentes  necesitan de otras habilidades distintas a leer y escribir con dificultades el idioma Español. Mucha juventud y población adulta se lanza a probar suerte para sobrevivir en las condiciones con que cuentan las familias en las comunidades locales, entonces con suerte logran ocuparse dos días a la semana por cuatro semanas al mes con un pago de Q 50.00 diarios que serían como Q 400.00  mensuales. Pero también hay muchos que no consiguen un día de trabajo a la semana. Con la cantidad mencionada, realmente no se puede sobrevivir. Apenas hay poco dinero para la comida y nada para salud, educación y vivienda.

Entonces, viene una de las decisiones más difíciles de asumir y de soportar:  emigrar para otra parte.  Pero como no hay dinero disponible para pagar los gastos de viaje, muchos terminan solicitando un préstamo con pago de altos intereses, unos hipotecan escritura de algún terreno con el ofrecimiento de pagar en poco tiempo, otros deciden ir solos, en fin hay de todo.  Muchos compatriotas han fracasado una, dos o tres veces y la consecuencia es perder el bien hipotecado o quedar con una deuda que se vuelve impagable porque en poco tiempo el  préstamo crece mucho por los intereses.

Para los que logran iniciar el viaje cuentan con una experiencia de película caminando de día y de noche, cruzando barrancos, ciudades, fronteras, ríos, desiertos y puestos de control. Por fin, algunos o varios llegan a territorio estadounidense. Todos sabemos cuáles son las consecuencias. Para los que quedaron aquí en Guatemala, las hijas y los hijos crecen sin el cuidado y cariño de madre o de padre o de ambos, vulnerables extremamente por lo que en tan poco tiempo pierden el rumbo adecuado y pasan el resto de vida en problemas de todo tipo. También reconocemos que hay algunas hijas e hijos de inmigrantes que han podido progresar con el dinero que viene en calidad de remesa.  Pero no podemos negar que hay esposos o esposas que tienen diez o quince años de estar fuera del país,  muchos de estos casos ya nunca volverán a encontrarse dejando al resto de la familia para siempre en el olvido.

Por todo lo anterior, corresponde a los gobiernos de turno en nuestro país, atender las causas que originan la migración y buscar las soluciones prácticas que realmente deben llegar a las comunidades locales para todas las familias empobrecidas.  Será de buscar estrategias para procesos transparentes el buen uso de los recursos.

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Ignacio España1 Comment