Acoso escolar por Diana Brown

"Nunca seas maltratado en el silencio. Nunca te permitas a ti mismo ser una víctima. No aceptes que nadie defina tu vida, defínete a ti mismo.”                                                                      Tim Fields


Los dichos son ricos en la sabiduría basada en la experiencia. Las personas que los escuchen deben gozar de suficiente madurez para reconocer su validez, y como resultado lógico,  aplicarlos en la vida cotidiana.  El precepto de prevención es elemental en los presupuestos, las planificaciones de todo tipo, los construcciones, seguros de variada índole,  la salud, la educación, la nutrición, accidentes de cualquier tipo, una lista interminable de posibilidades e imprevistos. Y el factor de ser un individuo humano multiplica las posibilidades por la interacción, si no el choque, de universos particulares, percepciones personales, hasta visiones opuestas. La previsión,  como lo indica el Diccionario de la Real Academia Española, es “Acción y efecto de prever.” Y a su vez, prever es, entre otras acepciones, “ Disponer o preparar medios contra futuros contingencias.”


La previsión pudiera parecer una adivinanza, o la simple entrega a la suerte. Los aseguradores la tienen calculada como posibilidades de riesgo, factor que establece las tarifas a cobrarse por los posibles siniestros. La medicina predica sobre la previsión, con recomendaciones de actividad física, una dieta adecuada y hábitos saludables, con el fin de gozar de una larga vida sin tropiezos previstos.  Y los psicólogos predican sobre la manera de manejar situaciones de tensión, y de felicidad, para así mediar con tranquilidad las primeras, y alegrarse al máximo de las segundas. 


Las interacciones personales vuelven complejas las previsiones; las reacciones de otros son impredecibles.  Y cuando se añade a este “cultivo” de acciones la edad de la adolescencia, es aún más complejo.


Existen temas recurrentes en la vida  escolar, los cuales retratan retos dentro del crecimiento del ser y la inevitable ruta que todo humano recorre, el crecimiento no solo físico, además emocional, y las dificultades de coexistir en la sociedad dentro del grupo par, quienes viven las mismas incertidumbres, cuestionamientos e ilusiones característicos. Esta olla de emociones se combinan en un ambiente idealmente académico, en el cual los docentes, y administradores de los centros educativos, indistintamente si fuera público o privado, deben formar una amalgama del aprendizaje en medio de todo esto; idealmente el perfecto balance entre aprendizaje emocional y intelectual que  apoyará la formación del adulto con conocimientos,  competencias y madurez.


Se ha observado en distintos planos, locales e internacionales, los resultados violentos y agresivos que se dice ser la reacción de una acumulación de los ataques sufridos por bullying. La enorme incógnita es cómo reconocer cuando se está sufriendo;  cómo apoyar a la persona que está viviendo este viacrucis. Los profesionales de la psicología comparten una serie de síntomas con el afán de que tanto los padres de familia como los docentes,  puedan detectar cualquier señal de bullying, tanto en el agresor como el atacado. No siempre son tan visibles.


Las acciones de bullying, actividad agresiva que causa daño a una o varias personas, es una acción que se debe prevenir. Como en cualquier situación humana, lo primero importante es definir qué es, diagnosticar el porqué, y aunado a las experiencias previas, prever y prevenir la repetición de ellas. La información es la llave a la predicción.


Los padres de familia, centros educativos, y la sociedad en general, viven la amenaza  del bullying. Las definiciones del fenómeno  pueden variar, pero todas incluyen la relación de un desbalance de poder, un dominio que proyecta poderío de una persona sobre otra; este se visibiliza,  se comparte dentro de los grupos de pares, así esparciendo el malestar y sufrimiento del agredido, y supuestamente otorgándole aún más poder al agresor. Pueda haber variedad de resultados, de acuerdo a las percepciones de las personas alrededor: los pares, los padres de familia, los consejeros escolares, las autoridades pues la respuesta de cualquiera o todos ellos permiten el rescate del agredido.


Los jóvenes pasan varias horas en el ambiente escolar; y la interacción con los compañeros es un  laboratorio de emociones, niveles de madurez, y rapidez en las comunicaciones. La cibernética es el elemento que agrava la situación por su amplitud de rango y rapidez de entrega.


¿Cómo prevenir el bullying? ¿Cómo prever las posibilidades de su ocurrencia? ¿Cómo controlarlo cuando se hay iniciado? ¿Cómo encaminar a los jóvenes tan inmersos en sus emociones que toman las riendas de su vida y los llevan a algunos a actuar mal y a otros a sufrir en silencio.


Una serie televisiva llamado Thirteen Reasons Why retrata causas y efectos de las interacciones de acoso; reacciones que desencadenan respuestas, y sobre todo, los dolidos  sentimientos humanos que sin la guía adecuada, pueden terminar en desenlaces lamentables.


¿Existen protocolos para la previsión? El Ministerio de Educación tiene tres documentos que demuestran intención de apoyar la defensa del fenómeno del bullying. Se encuentran dentro listados de legislaciones, políticas, estrategias, estadísticas y números fríos. No se encuentra un plan de consejos, un listado de posibles indicios diagnósticos,  ni rutas de respuesta. 


El documento Estrategia Nacional para la convivencia pacifica y prevención de la violencia 2016-2020, se encuentra en http://www.mineduc.gob.gt/portal/contenido/menu_principal/inicio/documents/ESTRATEGIA_PREVENCION_VIOLENCIA.pdf y describe políticas;  el documento Protocolo de identificación, atención y referencia de casos de violencia dentro del sistema educativo nacional, describe acciones con lenguaje técnico, no para el padre de familia o el docente, quien tiene la relación de primera mano con el afectado. El documento se encuentra en http://www.mineduc.gob.gt/portal/contenido/anuncios/informes_gestion_mineduc/documents/Protocolo_Educacion_2013.pdf

Y el tercer documento,  Recurrencia del bullying en el sistema educativo guatemalteco, presenta estadísticos de lo sucedido.


La imprescindible previsión debe radicarse en actividades de alerta para padres de familia, docentes y autoridades educativas. Son importantes los procedimientos, la legislación y los sitios de consulta de distinta índole. Es más sano prevenir que lamentar; y acompañar a los jóvenes en momentos de tribulación, reconocer las señales de alerta, lesiones físicas sin explicación, pérdida o destrucción de pertenecías,  cambio en hábitos alimenticios o de sueño, y de comportamiento. Es un flagelo que no solo afecta al acosado y el acosador; también a su entorno, familia, comunidad.  Habrá que estar alertos.

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Ignacio EspañaComentario