Dos funerales nacionales, donde fue proscrito Donald Trump por Julio Hernández
Aretha Franklyn y , dos símbolos nacionales, cada quién en su territorio, murieron en la misma semana. Eso dio como resultado, dos funerales, dos exequias, dos maneras de conmemorar, por días, esas dos grandes pérdidas para el país. Dos maneras de llorar, pero todos, al unísono. Toda una nación, consternada por las muertes naturales, de dos grandes personajes, que vivieron largas vidas, productivas, y dejaron hondas huellas en la manera de ser, en la cultura, del estadounidense. Ambos, recibieron todos los honores que se pueden imaginar, incluso, fue ocasión para unir a todo un pueblo, alrededor de los valores que ellos significaron. Aretha Franklyn en el mundo de la cultura, de la música, del blues, de la negritud. John McCain, en el símbolo del patriotismo, de la política limpia, de la caballerosidad. Ambos, lograron reunir a los más granado de la sociedad estadounidense. Llegaron expresidentes de ambos partidos, grandes figuras del medio artístico. Todos consternados, los grandes oradores remarcaron la importancia y contribuciones al pueblo. Ciertamente, murieron los dos, pero sus contribuciones son ampliamente apreciadas, y todos coinciden que marcaron la época y a todo un pueblo. Vale la pena destacar, que, en el caso de John McCain, el fallecido, antes de su muerte, pidió no se invitará al presidente de la nación, por razones políticas y diferencias en su actuación como huésped de la Casa Blanca. En el caso de Aretha Franklyn, Donald Trump, no se mezcla con el mundo de los negros de su país, ni de ningún país. Tampoco hubiese sido bien recibido. Su predecesor, el expresidente Barak Obama, es ampliamente apreciado en esos dos mundos. Obama fue uno de los grandes oradores de esas conmemoraciones. En esos momentos, también estuvieron presentes los Bush y los Clinton. Una distinción sin igual. Se aprovecho la ocasión para marcar la diferencia entre lo políticamente correcto, y las patanerías de Trump. Separaron los dos mundos. El de los villanos, en de las pandillas en el poder, y una manera correcta de hacer política y sobretodo, de actuar correctamente. Fue una colisión de dos visiones del mundo, donde los últimos, no caben. Todos esperan con paciencia, termine esta locura de Donald Trump, y la vida siga su curso normal. Todos se acuerparon, se unieron y fortalecidos, dijeron no, al habitante de la Casa Blanca. Sin mencionarlo explícitamente, hablaron de él.
La Reina del Soul, Aretha Franklyn, murió a los 76 años de cáncer de páncreas. En su querido Detroit, se realizaron las exequias, donde cantaron y elogiaron su vida, amigos y familia de la música. Como es natural, reunió a la “Crema y nata” de los estadounidenses. Dos grandes eventos sociales, políticos y artístico, donde no tuvo cabida Donald Trump. Las aguas se calman, y permiten ver el fondo, cristalino, de lo que es esencial en la cultura y los valores de esa gran nación. Desde luego, un lugar, donde Trump, no pertenece, y le repudian claramente.