Giovanni Tobar - Y sí procuramos ver más allá de lo que ven los ojos….
Luego de crisis, tras crisis, no hay sistema que aguante, más que una cuestión coyuntural vemos que esta se ha convertido en el constante país que nos identifica en el concierto internacional. Hoy todos los reflectores están puestos en el pulso CICIG.
En este sentido se ven sendos pronunciamientos de misiones internacionales, instituciones, cámaras gremiales y personas en particular a favor y en contra de las partes directamente en conflicto, algunas de estas basadas en un sentido de país, pero una buena parte guiados por intereses muy bien marcados en avivar una situación de caos, quizá bajo la lógica que en río revuelto…
Sin embargo debemos abstraernos unos momentos de ello para ver que el caos no se pario ni desaparecerá con o sin esta instancia, debemos detenernos un momento y ver para atrás, para adelante y a nuestros costados, el mundo sigue girando mientras nosotros nos hemos detenido en un puntual debate, quizá sin pensar en los costes asociados, principalmente el costo de oportunidad.
Según Albert Eisten, “Donde Hay voluntad, hay camino”, por lo cual, mi exhortativa es para los veto players del país, que acá como en cualquier otra sociedad coexisten, es a realizar algunos ejercicios prospectivos de los impactos económicos y sociales que podrían devenirse para la sociedad en caso resultara un ganador del pulso que esta puesto sobre la mesa y en función de estos escenarios orientar una salida legal y legítima para poner punto a esta coyuntura, seguro no será un punto final, pero al menos abrirá una pausa para pensar y repensar el país sobre una base de futuro y no solo de presentes.
Si estos ejercicios se hubieran realizado hace 60, 40 o 30 años, probablemente se hubiera podido evitar el conflicto armado interno y con ello la muerte de millares de guatemaltecos, o al menos la finalización temprana del mismo, se hubieran podido detener las migraciones masivas de connacionales que han partido familias y comunidades enteras, o al menos quizá pudiéramos evitar tener los peores indicadores de desarrollo humano en la región que hoy solo son superables por Haiti.
Debemos aceptar que tenemos un Estado desbordado, con falencias por todos lados, donde nos han intervenido hasta en el Futbol. Con la dignidad que nos quede, sobre esta base, humildemente situarnos en el lugar que ocupamos en el globo y de los distintos niveles de interdependencia que tenemos.
Como en otras ocasiones las cartas están sobre la mesa, toca la adecuada interpretación del ahora pero antes de decidir, razonar las consecuencias del mañana y del pasado mañana.