Las mil y una noches, en la Casa Blanca por Julio Hernández Estrada
Son muchos despidos, bajas, retiros voluntarios de subalternos de Donald Trump, trabajando en la Casa Blanca. John Kelly, parecía el último, pero no. El último será, una hora antes que metan a la cárcel a Donald Trump.
El secretario de Interior, Ryan Zinke, asediado por las investigaciones sobre posible conflicto de intereses, dejará el cargo Zinke, al final de 2018. En pocos días. John Kelly, por mala relación con Donald Trump, deja el cargo, antes que lo despidan. Jeff Sessions, Fiscal General, dimitió presionado por Trump, por desobediencia, cuando en realidad, hacía bien su trabajo, con independencia del poder ejecutivo. Nikky Haley, embajadora ante Naciones Unidas, se fue por su propio pie, también por desavenencias con su jefe, el Señor presidente. Más de treinta bajas en dos años, récord histórico en la Casa Blanca. ¿Qué significan esos números? ¿Inestabilidad? Quizás indisciplina para ser cómplice del jefe, en toda la gama de mentiras, destrucción de las instituciones y violaciones a la constitución. Algunos formadores de opinión señalan que una pandilla de malditos, llego a la Casa Blanca. Quien no se alinea, se va. De una u otra manera.
Bob Woodward, escribió un libro sobre el Miedo en la Casa Blanca. El miedo ha sido utilizado por Donald Trump como mecanismo, primero, para llegar a la presidencia, “asustando con el petate del muerto” con el tema de los migrantes, y el famoso y sórdido muro de la vergüenza, en la frontera sur de ese país. Barak Obama fue también un blanco para tirar sus dardos envenenados, con el Obamacare. Siempre fustigando con los logros de Obama, caminando sobre lo realizado por la administración anterior. Sin embargo, Melania Trump, copiando y plagiando los discursos de Michelle Obama. ¿Entonces?
Jeffrey Sachs, premio nobel de economía, y columnista dominical, escribe el domingo 16 de diciembre; “La guerra a Huaguei”, deteniendo a Meng Wanzhou, directora financiera de Huaguei, para ser juzgada por violaciones comerciales. Indica Sachs que Donald Trump juega con fuego, no mide las consecuencias de sus impulsos y emociones. China es un jugador mundial importante, en materia económica, tecnológica y militar. Ahora parece que el miedo como mecanismo para gobernar, se apodera de Donald Trump. Este huésped de la Casa Blanca, actúa como fiera herida, de muerte, con los avances de Robert Müller, en la trama rusa, y las últimas confesiones de Michael Cohen, su ex abogado, que declara, que su jefe Trump “Lo llevo a la obscuridad total, y la justicia estadounidense le da luz”. Las incriminaciones en los casos de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de América, cada vez cercan más a Trump.
Una persona desquiciada mentalmente, bajo presión, acorralada y con miedo de ser juzgado y enviado a prisión, al igual que toda su familia es capaz de desatar una tercera guerra mundial, como distractor de la opinión pública. Ojalá que las instituciones y sistema judicial estadounidense, jueguen su papel histórico, deponiéndolo antes de cualquier desastre.