Juan Callejas Vargas - Nicaragua libre…
Hago un paréntesis en el tema de fondo de esta columna, la educación; para dar paso a una opinión que debo externar sobre la lucha o el sufrimiento, como lo queramos ver, que el pueblo de Nicaragua está teniendo para nuevamente liberarse de una dictadura familiar que ha venido trabajando para perpetuarse en el poder y nuevamente también, convertirse en una dinastía familiar opresora. Lo hago como un fanático defensor de la vida y la libertad de cada ser humano sobre la tierra.
Muerte física, dolor y sufrimiento de jóvenes nicaragüenses parece ser la vida de hoy en Nicaragua. Todo este mal apocalíptico provocado nuevamente por lobos disfrazados con piel de ovejas que, como el comandante Ortega y su familia, cobijados en una buena parte del proceso de los últimos años, por la ceguera alimentada por la codicia y el color del dinero poco bien habido que una buena parte de empresarios nacionales, centroamericanos e internacionales aceptaron hacer en un nuevo pacto Kupia Kumi, como en los viejos tiempos lo hizo y mantenía la familia Somoza con amigos empresarios de conveniencia.
La Prensa, el diario históricamente defensor de la libertad y la democracia en ese bello país, así lo denuncio el 21 de febrero del año 2013 y del cual cito. “El pacto del Kupia Kumi: En los medios políticos se considera inminente que la oposición pacte con el régimen orteguista, para elegir a los más o menos 60 magistrados y otros altos funcionarios del Estado que están pendientes de ser nombrados por la Asamblea Nacional; y que con el pacto la oposición espera no solo conseguir una apropiada cuota de esos cargos sino también garantías de transparencia para las elecciones que deben celebrarse en 2016.” Ojos guatemaltecos, aprendamos la lección.
Continua la nota periodística: “El contexto es oportuno para recordar el célebre pacto del Kupia Kumi, en 1971, entre la oposición y la dictadura somocista. En aquel tiempo el principal partido de la oposición era el conservador, que ya en 1950 había concertado el “pacto de los generales”, llamado así porque fue firmado por el general Anastasio Somoza García, líder del partido liberal, y el general Emiliano Chamorro, caudillo del partido conservador. Mediante ese pacto el partido conservador se aseguró una importante cuota fija de representación en el Estado, en tanto que Somoza se comprometió a garantizar la celebración de elecciones libres y limpias. Pero en realidad para lo que sirvió el “pacto de los generales” fue para abrir al dictador Somoza García el camino legal hacia la reelección presidencial.” Hace unos años, se repitió nuevamente la historia.
No estoy seguro que los lectores estén conscientes de que en Nicaragua existen importantes inversiones de capitales guatemaltecos que hasta hace pocos meses se expresaban con grandes elogios hacia el régimen estructurado por el comandante Ortega sobre su modelo de Kupia Kumi, tanto por la facilidad de hacer acuerdos de negocios con el mismo Ortega, porque por supuesto, como es natural en estos regímenes, nadie pasa adelante sin saludar al Rey, con todo lo que esto significa. Ya Guatemala ha vivido su capítulo y modelo de pactos ente políticos y empresauros.
En conversaciones privadas se hablaba del alto nivel seguridad ciudadana que existía en Nicaragua, del excelente nivel de rentabilidad en sus negocios, por supuesto de corto plazo, tal cual queda ahora demostrado, como por un laxso y dirían los mercadologos, customizado régimen legal para inversión extranjera que Nicaragua ha venido teniendo y por lo cual muchos millones de dólares de capital guatemalteco de grandes y medianas empresas se venían realizando en ese país.
Hoy, queda demostrado una vez más que el camino más corto y fácil para hacer riqueza material, no siempre es el mejor camino y que las consecuencias hoy con Ortega, como en el pasado de la familia Somoza, de acuerdos entre déspotas, enfermos y energúmenos del poder, solamente llevan a muerte, sufrimiento y dolor de un pueblo que ya merece ser libre y por el cual hoy, sus hijos, desde los más jóvenes, hasta los más ancianos, siguen gritando por esa libertad que tanta sangre está costando. Animo jóvenes, podrán terminar con la vida muchos, pero estas muertes alientan la vida y el espíritu de todos, para no permitir que este régimen continúe.
Aliento en estas líneas a los empresarios guatemaltecos que tienen inversiones e influencia en Nicaragua, a despertar y espiar sus pecados hoy, denunciando y apoyando la lucha para tener un país en donde invertir con verdadera visión de futuro y ese supuesto animo de competitividad por el cual se desgarran las vestiduras en salones de foros y conferencias de hoteles de lujo.