Luis Javier Crisóstomo - Para las próximas elecciones
Por los últimos acontecimientos vividos por Guatemala, nos damos cuenta que los partidos políticos que han llegado al poder han sido de una vida breve, reciben financiamiento de los que cuentan con el poder del dinero para servirles según los intereses que tienen de mantener al país como está: alto empobrecimiento de su población, servicios públicos de baja calidad y escaza cobertura y una burocracia que tampoco le importa el desarrollo del pueblo.
En este sentido, son muchos los años que en Guatemala pocos deciden por el destino político y económico de las y de los guatemaltecos, se dan el gusto de fundar un partido político que les sirve para lanzar candidatos a distintos puestos de elección popular y con suficientes recursos para hacer promesas a los votantes que viven en condiciones difíciles pero con disposición a tener esperanzas de que talvez en algún momento los candidatos al llegar al poder cumplan con sus ofrecimientos.
Los partidos políticos poco han cumplido con las promesas hechas durante la campaña, esto es comprobable con las carreteras abandonadas y en mal estado, escaza cobertura de los servicios de salud, baja cobertura educativa especialmente en el nivel medio y la administración de la justicia con dificultades. Necesitamos partidos políticos fuertes y con clara vinculación permanente con las bases locales, evitar con esfuerzo el financiamiento de cualquier grupo que los lleve a alejarse de los verdaderos problemas que hay que resolver a todos los habitantes. En estos tiempos, ya es justo que los partidos políticos presenten nuevas caras en cuanto al liderazgo nacional, regional y local y evitar el ofrecimiento de proyectos a grupos vulnerables como la juventud, la niñez, mujeres y pueblos originarios. La atención debe ser a través de políticas incluyentes y con presupuesto para la inversión. Necesitamos partidos políticos que lleve a los poderes del Estado a guatemaltecos honrados, humildes y con altos valores para la conducción de la vida de los pueblos. No más partidos políticos que sostienen la corrupción, la violencia, la pobreza, la imposición de políticas públicas, la persecución y el terror.
Para las próximas elecciones generales, las y los guatemaltecos esperan que los partidos políticos sean verdadero modelo de una institución de derecho público que se caracterice por ser democrático, con dirigencia honrada, argumentos que identifiquen y atiendan a todos los ciudadanos y pueblos según sus necesidades, espacio que atrae a la juventud a participar por el futuro de las nuevas generaciones. Es necesario que los partidos políticos sepan dialogar con los habitantes del país, escuchar y comprender el lenguaje de los pueblos y saber transformar las necesidades y las aspiraciones de los pueblos en verdaderas respuestas desde el Estado.
Necesitamos partidos políticos que en el ejercicio del poder hagan buen uso de los recursos públicos, con un claro esfuerzo por el buen funcionamiento de las instituciones públicas y tomar las lecciones aprendidas del pasado para dirigir los destinos del país hacia la paz, la justicia, la democracia, la pluralidad que lleven el desarrollo y bienestar para todas y todos. El liderazgo nacional y regional debe organizar partidos políticos que con sus principios y valores tengan como consecuencia la pertenencia al partido de manera consciente, libre y con muchas satisfacciones. Los partidos políticos que compran voluntades deben de desaparecer del esquema nacional porque hacen daño a la construcción consciente y participativa de la democracia y la justicia.