Cuaresma para reflexionar en la elección de "reyes" por César Sagastume
No repetir injusticias humanas, que se recuerdan en cuaresma que invita a convertirnos; llámense gobernantes, gobernados y los que aspiran a creerse Reyes.
Al hacer un inventario de los pasajes bíblicos, se encuentran eventos diversos y elocuentes de las atrocidades que los gobernantes déspotas de esa época cometieron con el pueblo, incluyendo al Dios hijo, Jesucristo, que por considerarse los todopoderosos, trataron aniquilar al verdadero Rey desde su nacimiento para perpetuarse en el poder, sin saber que el reino de Dios era otro, haciendo creer al pueblo que ellos eran los dioses terrenales que terminaron convirtiéndose en los emblemáticos reyes del mal por la eternidad.
A pesar que los conceptos de La República, El Estado y La Política de Platón y Aristóteles; 399 años A. de C. y otros aporte de pensadores de la cultura Helénica; los reyes Romanos y judíos implantaron estructura para mantener al pueblo en la ignominia, explotación e ignorancia para cometer las atrocidades más aberrantes para abolir los derechos de los ciudadanos, como hombres libres y ciudadanos que tienen derechos y obligaciones.
En la cuaresma se revive los pasajes más grotescos que los poderosos pueden cometer a los más desposeídos, que en la actualidad se repite una y otra vez, desafiando al irrespeto divino de no aprender la lección de reflexionar para corregir el comportamiento de los gobernantes de la época, y que ahora, con el modelo democrático que practicamos para elegir a los gobernantes, esta réplica de la vida pasión, muerte y resurrección de cristo, debe servir para que los que aspiran a gobernar y los que elegimos nos rijamos por este aprendizaje que nuestra capacidad de raciocinio, no nos deja interpretar tan significativa lección del comportamiento humano.
A tres meses de elegir a los gobernantes de este territorio de 108,888Kms cuadrados, con aproximadamente 17 millones de habitantes, debemos asimilar la reflexión que la cuaresma nos hace reflexionar para ser inteligentes, complementado con el discernimiento de la razón y el sentido común, que los filósofos, teólogos y estudiosos de las escrituras sagradas brindan a través de un escenario en donde se recuerda el drama simulado y didáctico para un aprendizaje que debe corregir la vorágine de la realidad y que corrija la vida social para que cambie el comportamiento perverso al ideal para alcanzar el bienestar de todos.
Los principios cristianos debe hacer reflexionar a todos los que aspiran a ser gobernantes, para convertirse del mal al bien y poner al servicio del pueblo sus capacidades académicas, inteligencia y humanistas sean aplicados al buen vivir, posesionándose del bien para olvidar el mal que han hecho hasta ahora, verbigracia, la ambición, el egoísmo, la corrupción, la violencia y la práctica de los demás antivalores en la conducta de los aspirantes a ser reyes que aparecerán en la tabla de la lotería, que estén aspirando llegar al trono para seguir cometiendo las aberrantes vicios del enriquecimiento ilícito, que los induce a tener actitudes diabólicas para lograr sus ambiciones a costa de los más sufridos en el juego dicotómico de las clases sociales, del opresor y el oprimido, del dominante y el dominado, del pobre y el rico, de colonos y colonizados, proletarios y capitalistas que apuesten a la desigualdad de privilegios que el Estado condena, por lo que apostamos que es el momento de evitar elegir modelos de tiranos que detestamos al recordarlos los distintos pasajes cuarésmales.
Este es espacio del tiempo que marca un periodo de reflexión para volver a empezar para revivir acontecimientos de hace más de dos mil años, que invita a enmendar el presente y discernir el futuro, la lección es: “No admitir a opresores y déspotas que explotan al pueblo”. Es obligación hacer una reflexión y lograr la conversión deseada, viviendo los pasajes cuaresmales; practicando la fe en la iglesia o viviendo las liturgias; en centros de distracción que nos dan los poderosos capitalistas promoviendo el consumismo; y en caso extremos, en las playas o en antros de vicios, pero, “Lo importante es reflexionar para convertirnos del mal al bien”.