Luis Javier Crisóstomo - Los que quieren ser candidato
Ahora que se acercan las elecciones generales, viejos y nuevos partidos políticos hablan de democracia, tema que a todos interesa porque facilita la participación y la decisión de sectores, liderazgos y pueblos tanto en la práctica interna a los mismos partidos políticos como en la forma de organizar y conducir el gobierno y el poder cuando corresponde. Estas instituciones deberían ser el modelo de la práctica democrática, la justicia, la equidad de género y de etnia porque su naturaleza así lo exige.
A pesar de que los partidos políticos son instituciones donde la participación de los partidarios es vital para la práctica de la democracia, sin embargo, sucede que las y los candidatos a puestos de elección popular son personas que ellas mismas se ofrecen para ser candidato a alcalde o a diputado sin pasar por algún procedimiento establecido por los mismos partidos políticos. Los que se ofrecen como candidatos, abundan de todos los perfiles, desde analfabetos, campesinos, líderes religiosos, comerciantes, profesionales de cualquier disciplina del conocimiento o los que consideran tener dinero suficiente para la campaña política. Como ideario personal está la ansiedad de enriquecimiento personal, sin programas para administrar programas de beneficio para el pueblo y dispuesto a dar regalías para conseguir los votos necesarios.
Los miembros de los partidos políticos sirven solamente para depositar el voto al momento de las elecciones, no conocen a profundidad el pensamiento que le da sustento al partido, no se sienten representados por los líderes y desconocen cuál es y de dónde viene el financiamiento que le sirve para la promoción y campaña de los líderes principales del partido. En otros casos, los partidarios son los encargados de pintar el símbolo del partido en piedras, árboles, puentes y carreteras.
A nivel de municipios, están apareciendo las personas que quieren ser alcaldes municipales y ya visitan aldeas y caseríos para prometer todo tipo de apoyo y ofrecer puestos en la administración pública al momento de llegar al poder. Si es alcalde actual, sus visitas se concretan en hacer promoción de alguna que otra obra realizada, ofrecer apoyo financiero para celebrar la fiesta titular del lugar o promocionar su imagen en la inauguración de alguna obra construida con fondos del municipio. Se afirma entonces que para ser candidato a puestos de elección popular no se necesita pasar por cierto proceso de selección ni tener perfil mínimo, el asunto es que si alguien desea ser autoridad o funcionario público, pues decide e inicia su campaña.
En el caso de los que quieren ser reelectos como diputados, por el momento muchos están muy ocupados adecuando las leyes y sus reformas para atender sus necesidades personales y por lo visto, no está presente el pueblo de Guatemala como uno de los temas de su interés. Los llamados tránsfugas o más bien aquellos diputados y diputadas sin principios ni valores, que cambian de partido cada cierto tiempo, carentes de vergüenza y hábiles para el tráfico de influencias pues también están muy ocupados en el Congreso reformando leyes para su beneficio. Los posibles candidatos a alcalde municipal y candidatos a diputado no hablan de ética en la política ni de transparencia en la administración pública.
Las y los ciudadanos inscritos como miembros de partidos políticos tienen derecho a participar en todas las actividades y procesos que están al alcance del propio partido porque una de las razones de su existencia es la democracia participativa y representativa para el bien de todos.