Una mirada al presupuesto, 2019 por Werner González
El ministerio de Finanzas, presentó el pasado 31 de agosto ante la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda del Congreso el proyecto de presupuesto para 2019, con un techo sugerido de Q89 mil 775 millones. Este monto, según lo recomendado por el ministerio de Finanzas pasaría de Q76.9 millardos aprobado en 2017 -mismo que quedó vigente en 2018- a Q89.7 millardos. Un aumento aproximado entre el 15.8 y 16.2 por ciento respecto del presupuesto 2017 mismo que quedó vigente en 2018, al no ser aprobado el propio presupuesto del 2018. De suerte que este incremento del 16 por ciento promedio obedece a un crecimiento presupuestario de ocho por ciento por año (2017 y 2018) esto se acompasa bien con los otros indicadores de desarrollo económico que definen la estabilidad macroeconómica: inflación, tasa de interés, déficit fiscal, y valor adquisitivo del quetzal frente al dólar americano.
Adicionalmente, funcionarios del ministerio de Finanzas, han expresado en la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda del Congreso que el proyecto 2019 quedó definido con base en proyecciones de ingresos presupuestarios entre 2019 y 2023 e incluye un déficit fiscal proyectado para el próximo año de 2.5 por ciento. Se indicó, igualmente, que el nivel de deuda como porcentaje del PIB es “sostenible” y se mantiene en torno al 25 por ciento. En anteriores artículos hemos referido el significado de los conceptos, déficit fiscal y deuda pública. Los umbrales de estas dos variables «déficit fiscal y deuda pública» planteadas para el año 2019, están en la franja de lo admisible.
Es importante resaltar que a partir del año 2017, se ha implementado una nueva estrategia con la finalidad de fortalecer la construcción del presupuesto teniendo como base la metodología del Presupuesto Multianual, en el que se definen los programas que se les proyecta continuidad de 2019 a 2023. Así, para el año 2019, se presenta ante el Congreso de la República la distribución del presupuesto por tipo de gasto siguiente: 1. Inversión 19.8 por ciento, 2. Deuda pública 15.4 por ciento y 3. Funcionamiento 64.8 por ciento. De esta forma, el proyecto de presupuesto presentado contiene la priorización de programas y demuestra presupuestariamente la planificación del cierre de brechas para los siguientes cinco años con base en las proyecciones de ingresos tributarios para el 2019-2023, realizadas en foros abiertos con SAT y Banguat. La anterior dinámica SAT-Banguat unida al proceso de Presupuesto Abierto consolida y da robustez al proyecto planteado al Congreso de la República de Guatemala para 2019.
Los gastos de funcionamiento siguen siendo los que mayor peso tienen en la distribución del presupuesto. Maynor Cabrera, analista de la Fundación Economía para el Desarrollo -Fedes- (Diario elPeriódico 3-09-2018) advierte que será difícil que se alcance la inversión propuesta para 2019 debido a la estimación de ingresos tributarios que podría tener dificultades para alcanzarse. “La inversión se sacrifica cuando no se tienen los recursos”, comentó el analista. Sin embargo, el ex titular de la Cartera Julio Héctor Estrada destacó que con el 19.8 por ciento de los recursos destinados a inversión se busca recuperar la participación pública en los proyectos de infraestructura (Diario elPeriódico 3-09-2018). “Indicó que el presupuesto tiene un enfoque de Desarrollo Humano”.
Ahora, por el lado del pago del servicio de la deuda pública, para 2019 se requiere más de Q13.8 millardos, es decir el 15.4 por ciento del total que solicita el Ejecutivo. Haciendo una comparación con el año 2010 el monto que se presupuestó para el servicio de la deuda, que incluye intereses, comisiones y amortizaciones en aquel año, fue de Q6.9 millardos. Es decir que los recursos que se destinan para pago de deuda pública se estarían duplicando en 2019 con respecto al monto del 2010. Si bien, podría existir una proporcionalidad de deuda pública respecto del PIB de ambos años respectivamente, es conveniente que la Banca Central (por el lado macroeconómico), la SAT (por la vía fiscal) y el ministerio de Finanzas (con presupuestos sólidos) trabajen sinérgicamente en la reducción gradual de la deuda pública y la tasa de déficit fiscal salvaguardarla por abajo del crecimiento económico; con ello, habría signos de mayor impulso microeconómico en el país, mediante el lanzamiento y expansión de empresas Mipymes, turismo y agricultura familiar.