El aborto, una decisión contra la naturaleza por Juan Gregorio
¿Por qué en estos tiempos hay tantas mujeres que toman la decisión de abortar una vida que concibieron en su vientre? Pablo, en su segunda carta a Timoteo, capítulo 3, versículos 2 y 3, dice, entre muchas otras cosas que, “en los potreros tiempos vendrían hombres (y mujeres) amadores de sí mismos, vanagloriosos y sin afecto natural.” Lo cual quiere decir que, lo natural es que una mujer se sienta feliz cuando ha concebido un bebe en su vientre. Eso es lo natural, de manera que, cuando una mujer decide abortar, está actuando en contra la naturaleza que conque Dios nos creó.
Los argumentos principales del movimiento abortista son dos, como sigue: 1. Que la Biblia nada dice sobre el aborto. 2. Yo hago con mi cuerpo lo que yo quiero. Contestando al primer argumento: “es cierto que la Biblia nada dice sobre el aborto, pero sí dice que el asesinato es un pecado mortal” (Éxodo 20:13). Continuando con el argumento a favor del aborto, dicen estas personas que “mientras un bebé está en el vientre de su madre, no es una vida todavía. Un bebé es una nueva vida hasta que da la primera respiración al nacer.” Pero, la Biblia dice: “Tú formaste mis entrañas, Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Mi embrión vieron tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.”
“Desde el vientre de madre, Tú eres mi Dios” (Salmos 139:13, 16; 22:10). De manera que, desde antes de nacer un nuevo bebe, ya es una nueva vida ante los ojos de Dios.
Con respecto al segundo argumento: “Yo hago con mi cuerpo lo que yo quiero.” Es cierto, tú puedes hacer con tu cuerpo lo que tú quieres; lo que pasa es que, el embrión o feto que tienes en tu vientre, no es tu cuerpo, es otro cuerpo, es otra vida. Tu solo eres un vaso para nutrir esa nueva vida, y eres responsable de su crecimiento desde su concepción, hasta que, después de su nacimiento, se pueda valer por sí mismo, y esté preparado para la vida, quizá a los 18 o 20 años de edad. Esta es la ley natural de la vida como Dios lo ordenó. De manera que, si abortas, es un asesinato, condenado por la Palabra de Dios para muerte eterna.
Esto es para las mujeres que abortan porque no quieren tener más familia, porque quedaron embarazadas sin haberlo planeado, porque quedaron embarazadas de alguien que no es su esposo, por una aventura pasional sin control, por temor a la reacción de los padres, en el caso de las adolescentes que no tienen respaldo del que las embarazó.
Ahora, ¿Que acerca de las mujeres que quedan embarazadas como consecuencia de una violación? Estas mujeres sienten odio y rabia por el que las embarazó. No quieren dar a luz un bebé que ellas no desearon. En este caso, la ley debería tomarlo como un caso especial, no para condenar sino para ayudar. El estado podría ayudar, a través de derechos humanos, con un centro de beneficio infantil, para hacerse cargo de la crianza y desarrollo de estos niños que nacen desamparados. Aquí se incluiría a las niñas y adolescentes que quedan embarazadas sin el apoyo de un esposo ni de sus padres. Pero, se debería dejar la puerta abierta, por un tiempo prudencial, para que, si en un futuro cercano, las condiciones de la madre cambian, y quisiera recuperar a su bebé, lo pudiera hacer. Si el estado hiciera esto, la estadística de los abortos disminuiría en un buen porcentaje.
Ahora, el hombre que participó en este embarazo no deseado ¿Dónde está? La ley que condena a la mujer, también debería condenar al hombre de igual manera. Debería de haber una investigación y persecución legal para que la ley caiga también sobre el hombre que participó en este embarazo.
El estado y las iglesias cristianas deberían hacer más, para que el porcentaje de embarazos no deseados, que redundan en abortos, disminuyera. Los ojos de Dios están puestos en cada país que cae en este pecado mortal. Hace unos 15 años, solo en Estados Unidos arrojaba un porcentaje aproximado de un millón y medio de abortos al año. En Guatemala no tenemos estadísticas, pero debe ser un porcentaje anual muy alto, porque hay muchos abortos clandestinos, sin recetas médicas. Es alarmante ver ¡hasta dónde hemos llegado, por no tomar en cuenta la Palabra de Dios en nuestras acciones!