¿Facebook sí o Facebook no? por Beatriz Villarreal

El origen de las redes sociales fue una precondición para el desarrollo de un fenómeno comunicacional  planetario. El  crecimiento y difusión a escala global de Facebook se apoderó, primero de una parte fundamental de la cultura de exportación de Estados Unidos, y luego en el resto del mundo. Al principio fueron las modas, ropas, cierto tipo de películas herederas de los años cincuenta y los sesenta. En los noventa los gustos cambiaron y surgieron nuevas bandas musicales. En el cine, la película de Fincher reconstruyó parte de la derivación del fenómeno Facebook con Zuckerberg como el personaje principal.

Desde su inicio, se expuso como una mezcla del rigor algorítmico de modelos de análisis implementados en los estudios universitarios de la Universidad de Harvard, con la frivolidad de los intereses de sus universitarios. Al principio sus discursos fueron triviales, pero poco a poco se fue imponiendo al mundo la moda y el consumo. Posteriormente fue el contenido. La primera tendencia dejó de lado y no visualizó el gran impacto que iba a tener, al poco tiempo sobre el gran público, esta nueva forma de comunicación que se impuso como  un estilo de ser y de vivir a millones de personas, a través de los mensajes y de los contenidos que cada uno(a) expresaría a sus amigos y  al mundo, sobre su vida y sobre la de los demás. A veces ciertas y otras no.

Esta nueva forma de red social, desde la filosofía, ha sido calificada como una vía simbólica para la confesión  del sufrimiento humano, como lo definió el filósofo francés Michel Foucault, años antes en su nueva teoría del poder de la marginalidad. También fue considerada  como un modelo comunicativo terapéutico  masivo. Mientras que para Illouz  es más bien sinónimo de una experiencia auténtica. Las nuevas tecnologías fueron la condición previa que ha permitido expresar a Eliacheff Larivierere  en el año 2008 que este ha sido el tiempo de las víctimas como una nueva versión o parte de los marginados del poder, que ahora, por este medio, se convierten en miembros de este poder. Estas víctimas son los (as) protagonistas que se convierten por sí mismas en sus auto promotoras y en los protagonistas de la vida pública: son esposas, madres, hermanas, amigos, etc, etc. Son los (as) marginados (as) hasta entonces de los medios de comunicación que se convierten en sus propios promotores (as).

Adquieren por este medio la visibilidad y su voz, escribiendo,  enviando y recibiendo mensajes. En este fenómeno  “La víctima es la figura ganadora en un mundo de fuerte intensidad emocional que puede utilizar una nueva forma de capital para adquirir beneficios sociales de diversa índole”. Es el nuevo protagonista de los medio de comunicación, según reflexiones críticas que hizo Nelo Barile en el año 2017. La víctima son las personas comunes sin exposición a los medios de comunicación que se convierten en la figura ganadora. Es convertida y se auto convierte en un personaje público, hace del victimismo su fuente de legitimación y de espectáculo, pero también se transforma  en un nuevo personaje histórico con fotos de familia, personales, de viaje, mensajes, cartas, denuncias, comentarios y críticas, entre otras. El usuario es el contenido que él expresa como su verdad, exponiendo a cada uno (a) en su situación particular, pero a la vez, al darle esta oportunidad  individual a todos (as) los y las hace  igual a los y a las otros (as). Los convierte de esta manera en uno más, asegurando de nuevo  y a la vez la relación integración- marginalización. Con ello los masifica aunque los hace parte de un nuevo estilo de vida.

Esta nueva forma o modus vivendi le genera a muchos, buenas ganancias, con la venta y comercio de artículos de consumo personal en las redes,  que en muchos casos también es útil y les renueva sus identidades masificadas. La experiencia, la emoción y la relación son parte del nuevo modelo del poder que se impone. Esto ha ampliando a su vez el concepto de mundo, ya que además de ser un objeto externo al sujeto, ahora también incluye el campo en que la persona expresa sus pensamientos y sus percepciones. Para la red social el verdadero contenido de sus actividades es el usuario y la red de contactos que crece con el tiempo. De lo que se trata es de poder tener nuevas experiencias que le garanticen a cada uno(a) una mejor posición para competir en el gran mercado de las identidades, según lo percibe Nelo Barile. 

upload.jpg
Ignacio EspañaComentario