¿Quién ganará las elecciones en Guatemala? por Cristóbal Pérez-Jerez
Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo poco que tiene se le quitará. (Mateo, 13:12).
A pocos días de las elecciones Guatemala se aferra a la esperanza de encontrar una ruta para la reconstrucción de la democracia y la ilusión de un futuro mejor. Aún ante un callejón sin salida, sabemos que tiene que existir una ruta de entrada. Podrá este país lleno de encantos ancestrales, gente talentosa y problemas eternos encontrar de nuevo la ilusión de convertirse en un país desarrollado.
Estas elecciones tienen que tomar en cuenta los grandes cambios en el entorno mundial, que van a presionar por importantes cambios en la estructura socio-económica de Guatemala. Basta una leve mirada alrededor para saber que pronto entraremos en una etapa de presión para generar nuevas políticas económicas y sociales en el país. Lo que no sabemos es sí la dirección que surja de este proceso electoral del próximo domingo tendrá la capacidad para hacer frente a los nuevos retos, o el país deambulará en la incertidumbre y seguirá su ruta histórica de una inercia estratégica de no crecimiento.
Donald Trump le dobló el brazo a México, tan solo con una amenaza de subirle aranceles en forma escalonada. Las tropas mexicanas ya acordonan las fronteras con Guatemala. ¿Tienen claro los ungidos el próximo domingo lo que esto significa? Estarán en capacidad de responder a la acumulación de miles de personas emigrantes en la frontera chapina.
La confrontación comercial Estados Unidos-China solamente ha empezado. Conforme aumente la escalada se puede llegar a la confrontación militar. Rusia está siendo cercada por la OTAN y Estados Unidos. En lugar de alcanzar la paz se preparan para la confrontación. La caída del comercio mundial va a generar odio, pobreza y hambre en el mundo.
Si no se detiene la emigración México podría verse obligado a construir un muro en la frontera sur. Pero no de cemento, sino que de armas de fuego. Y, no solo detener las personas, también el comercio. Y, sí a Trump se le ocurre poner aranceles a los países centroamericanos sino hacen cambios en su inversión social.
Como preámbulo a las elecciones en Guatemala, estas dos últimas semanas están reunidos los miembros del G-20, en Japón. Christine Lagarde, abrió la reunión en Europa con las siguientes consideraciones, que tienen que ver con el diseño de una nueva Guatemala. (https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=11291).
¿Cuáles son los obstáculos para el crecimiento?
Primero, según Lagarde, la vulnerabilidad del sistema financiero internacional. El Endeudamiento corporativo, así como los problemas fiscales del primer mundo generan condiciones perturbadoras para la salida de capitales del tercer mundo y países emergentes, y su retorno errático a las economías desarrolladas. En Costa Rica varias empresas transnacionales abandonan el mercado.
Segundo, la excesiva brecha de desigualdad económica, que no permite un crecimiento estable y armónico, y genera tendencias a la emigración, la corrupción y el narcotráfico, sí es contigo, Guatemala.
El uso de los aranceles, armas económicas de gran incertidumbre, pues golpean al objetivo, y también al que dispara. No se sabe claramente que efecto tendrán en los combatientes directos, Estados Unidos y China, sino que se desconoce o ya se empiezan a sufrir sus efectos sobre el resto de naciones, especialmente, en Centroamérica.
Según el FMI, la confrontación aranceleria podría reducir el PIB mundial 0,5% en 2020, “lo que equivale a una pérdida de aproximadamente USD 455.000 millones”. Una cifra equivalente a la producción de una Década de Costa Rica, o casi 8 años la producción de Guatemala.
Podrán las nuevas autoridades, que resulten del incierto panorama electoral diseñar un rumbo para la sociedad guatemalteca. O, según Mateo nos debieran de quitar lo poco que nos queda.
La situación es clara, la línea de combate por la hegemonía mundial se ha trasladado a una lucha y cambio de alianzas constantes entre Pekín, Wáshington y Moscú. Europa está debilitada y no se sabe sí podrá actuar unida o se va a desmembrar.
En todos los países la monstruosa deuda pública deja limitadas las opciones para los gobiernos. Y los objetivos por alcanzar son contradictorios. Por un lado se tiene que recuperar el crecimiento económico, lograr la sostenibilidad de la deuda (que ni Estados Unidos tiene segura), y al mismo tiempo alcanzar objetivos sociales solidarios, inclusivos y generalizados que alejen el fantasma del resurgimiento del fascismo, el izquierdismo y la confrontación.
Falta más. Las nuevas autoridades, al despertar, se encontrarán que la problemática nacional aún está allí. Guatemala es un país rezagado por innovación comercial, el cambio tecnológica y la igualdad en el consumo de todos los grupos sociales.
Preparados, el FMI, rompe sus tabúes, y llama a utilizar “una política monetaria más laxa y estímulo fiscal”, con las virtudes que una aplicación consciente y estratégica esto puede tener, y con los grandes riesgos de elevada inflación, crisis de producción y desempleo que pueda traer.
La ciudad de Fukuoka será el escenario para saber sí surge humo blanco al darse la mano Xi, Putin y Trum. O si nos vamos preparando para lo peor.
En la noche del domingo, en Guatemala se sabrá sí tenemos esperanza o nos preparamos para cien años más de soledad.