Desde un voto nulo hacia un voto humanista por Werner R. González

Tras jornadas de meditación, en atención a los foros presidenciales. En especial, el foro realizado el lunes diez de junio 2019,  he quedado convencido  en  el  aprovechamiento  del  voto hacia una u otra  opción  humanista.  En el bien estructurado foro, los candidatos pudieron responder amplia y abiertamente a las preguntas de carácter personal que hicieran los panelistas a cada uno de los presidenciables quienes respondieron acerca del recorrido de su vida política, empresarial, carrera diplomática, e incluso, de su estabilidad familiar. De igual forma que este exitoso foro presidencial esperaría, antes de las elecciones, que la población guatemalteca tengamos igual oportunidad de escuchar a las candidaturas presidenciables que en esta ocasión no pudimos ver (aunque reconozco que todas/os de una u otra forma han sido entrevistados/as en los medios -televisivo, radial y escrito).

A la pregunta relacionada a la estabilidad familiar, fue sorprendente escuchar el hecho que el 50 por ciento de los presidenciables respondieron amar a sus familias pero que actualmente estaban en situación de divorcio o divorciados. Dirigir un país requiere del conocimiento de un estadista de Estado. Pero también, en porcentaje equiparable, de estabilidad emocional. Y no hay mejor factor o índice para evaluar el carácter temperamental  y  emocional que la integración de la unidad familiar.  La Constitución Política de la República de Guatemala en su Título I, Capítulo II sección primera trata ampliamente el tema de la familia y las leyes ordinarias de la materia, también. En el preámbulo Constitucional, los constituyentes señalan a la familia como ´génesis primario y fundamental´ de los valores espirituales y morales de la sociedad, aspecto relacionado bastante bien con el artículo 113 (capacidad, idoneidad y honradez) de la Constitución Política de Guatemala -CPRG-.

En lo específico de este foro,  me encantó la iniciativa del GPS  (Gobernabilidad, Productividad y Servicio) vinculándolo con la lógica del ABC (Acuerdo Básico de Consenso); y más, debido al carácter estadista del presidenciable quien acuñó el término ya que sin duda desde las Naciones Unidas pudo desarrollar esta destreza, habilidad y conocimiento al tener a su cargo 26 misiones a nivel mundial por más de una década de reconocido servicio internacional y haber administrado un presupuesto de más de $US 8,500 millones (equivalente al Presupuesto de Ingresos y Gastos de la Nación).

Igualmente, me fue impresionante conocer que el candidato, en su calidad de representante diplomático de Guatemala ante la Unión Europea, hubo coordinado el equipo técnico guatemalteco que intervino en las negociaciones del acuerdo comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio. Lo cual, me parece de gran valía internacional  (dicho sea de paso, la ley de Competencia que todos los países acreditados al referido acuerdo comercial prometieron decretar, sancionar y promulgar; lo han hecho, excepto Guatemala). Urge dictaminar a favor de esa iniciativa para potenciar y re-encauzar las relaciones comerciales de país y que no solo las remesas estén sosteniendo (en alto porcentaje) la microeconomía local.

O, no será que debemos llevar a la presidencia al actual presidenciable quien en su momento coordinara el Acuerdo de Libre Asociación Comercial con la Unión Europea, para que desde esa investidura presidencial, él, incida delante del Congreso haciendo valer el artículo 183, funciones del Presidente de la República, literal g) de la Carta Magna Constitucional que indica: presentar iniciativas de ley al Congreso de la República e inciso l) convocar al Organismo Legislativo a sesiones extraordinarias cuando los intereses de la República lo demanden. Con ello, procurar que el  Congreso  accione el artículo 171  literal a)  para  decretar, sancionar y promulgar la iniciativa  “Ley de Competencia”  que se encuentra, actualmente, en tercera lectura.




Un tercer punto del porqué mi voto se orienta hacia la  opción humanista es debido al firme carácter de no postular al Congreso de la República a nadie que juegue por la reelección como tampoco nominar diputaciones al Parlamento Centroamericano. Un hecho que no fue motivo del foro pero que es positivamente vinculante es la postulación,  como candidato a Alcalde Municipal Metropolitano, recaída en la humanidad de una persona con carácter, firmeza, conocimiento y vocación social de servicio, como lo es Carlos Avendaño. Y con excepción de un par de presidenciables que argumentaron sus respuestas; me hubiera gustado, para comentarlo en este espacio #Crisol-Literario, haber escuchado durante el foro más precedentes de naturaleza práctica de la forma que lo hizo, el  representante del partido humanista. 

Claro, de todo esto, reconozco la perfectibilidad del ser humano ya que desde el período Preclásico Temprano de la historia, a la fecha, solo en Jesucristo se ha conocido el cumplimiento de la ley de Moisés; esto es, todos somos humanos y los presidenciables también lo son. Estamos supeditados a equivocaciones.  Por ello, como pueblo soberano debemos ser perceptivos y altamente reflexivos en la identificación del mejor binomio presidencial  y  pedir a Dios por un mejor futuro de Guatemala.

upload.jpg
Ignacio EspañaComentario