Juan Callejas - Publicidad y educación (2)
En articulo anterior en este mismo espacio, aporte algunos datos desde los que se dimensiona la casi inconmensurable incidencia que en términos de palabras, símbolos, relaciones, imágenes y estructuras de lenguaje que la publicidad comercial tiene en la vida de nuestras sociedades occidentales y en medio de las cuales, Guatemala es una pequeña muestra. Todo esto para ilustrar con claridad objetiva la razón del porque hemos de ver con mucho mas cuidado y atención, el rol educativo formador o deformador en su caso, que en el uso de los medios masivos se tiene desde el ámbito comercial en manos del sector económico del país.
Sumaba a lo anterior, además, la virtuosidad que muchos libertarios ven al ser por medio de la publicidad comercial que se ha logrado de una forma razonable, financiar la existencia del periodismo libre, responsable e independiente, que permite en la practica de nuestras democracias republicanas, una de las libertades mas concretas y necesarias para la existencia del hombre: la libertad de expresión. Sin libertad de expresión, simplemente, no hay libertad.
Indudablemente, no se puede negar el enorme beneficio que la publicidad comercial genera en una sociedad, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista formativo y de traslado de información veraz que nos permita crecer en profundidad, densidad y amplitud el “tejido social necesario” para hacer de nosotros los guatemaltecos en nuestro bendito territorio, una nación de valor.
El asunto, en estos nuevos tiempos, es considerar la forma lamentable en que la distorsión que hemos tenido en el uso y abuso de la herramienta publicitaria como de nuestra libertad de expresión, ambas invadidas por una suerte de laxitud con respecto a los valores y la dignidad humana esencial y por lo cual se debe respeto, salvaguarda; defensa y protección, recordando la vieja máxima de que el fin, no justifica los medios.
La mentira, la distorsión del lenguaje; la falta de respeto a fundamentos sociales morales y éticos, el vaciado de contenido de ideas fundantes de nuestra cultura occidental; la socialización con sello de aceptación y validez de muchas conductas, actitudes y formas de ser reprobadas en nuestra sociedad occidental, no pueden, ni deben ser aceptadas, simplemente porque esto tiende a corromper los cimientos mas elementales de nuestro Tejido Social, mismo que basa su profundidad, densidad y anchura, en la construcción de confianza que permite un set de valores culturales en los que sino todos, al menos, las grandes mayorías compartimos.
Progresivamente y casi sin darnos cuenta, la publicidad comercial no solamente ha invadido intrusivamente todos los espacios vitales de nuestra vida, provocando un nivel de contaminación ambiental que sofoca, ahoga y desdibuja la belleza de nuestras ciudades y de nuestros hogares, sino que además, engaña a los ciudadanos vendiéndoles como naturales, productos que no lo son; vendiendo sueños y fantasías envasadas en un agua gaseosa o metidas en un cigarrillo de tal forma que por repetición vencen la pobre y escasa voluntad y carácter que nuestra pobre educación permite tener al promedio del ciudadano. Seguiremos conversando.