Beatriz Villarreal - Cambio Climático 2018
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) es el ente más autorizado a nivel global que ha estudiado el impacto y la importancia del cambio climático. Fue constituido en el año 1988, hace treinta años. Es un grupo de científicos que ha tenido un enorme impacto en la opinión y concientización mundial sobre el calentamiento global y ha trazado un mapa detallado del cambio climático, mostrando que sus posibles consecuencias oscilan de preocupantes a catastróficas. Poco o ningún caso hicieron los gobiernos sobre estos datos y sus posibles resultados en una zona tan débil como la centroamericana. Hoy estamos sufriendo las consecuencias catastróficas de este diagnóstico en la región, en especial en Guatemala, la sequía ha disminuido la producción de maíz y frijol. Honduras y Nicaragua son dos de los países más vulnerables ambientalmente a nivel mundial, y Costa Rica ha tenido disminución significa de lluvias. Con la reducción de la producción alimentaria en Guatemala subsisten las mismas cifras de hace veinte años del número de niños desnutridos, sobre la mortalidad infantil y el aumento de población en la pobreza. Según datos actuales en este 2018 el número de pobres creció en tres millones de personas más. En California los terribles incendios dejaron inmensas pérdidas y destrucción, en Argentina y Brasil los efectos negativos de la sequía en la producción de soya han tenido impactos económicos de gravedad nacional y regional.
En su Cuarto Informe del año 2007 este panel afirmó que el calentamiento del sistema climático era inequívoco. La probabilidad de que sucediera era del 100%. El 90 % de probabilidades del calentamiento observado es el resultado de la actividad humana mediante la introducción de gases de efecto invernadero en la atmósfera, procedentes del consumo de combustibles fósiles en la producción industrial, en los viajes, en las prácticas agrícolas y en el uso de la tierra. Los gobiernos no tomaron ninguna medida preventiva para enfrentar este enorme peligro. Los Ministerios de Medio Ambiente no han realizado los cambios políticos sustantivos en sus políticas ambientales nacionales. En algunos casos más bien son cómplices de los agresores. Según datos para este 2018 el aumento del calentamiento asciende a dos grados más. Y la organización de las estaciones climáticas en casi todos los países se han alterado significativamente. Ejemplos claros en Europa son España y Alemania.
Diez años después- 2017- los fenómenos naturales mostraron ser reales y su capacidad destructiva deja enormes pérdidas, ante la mala gestión de las basuras y los desechos sólidos, las malas prácticas agrícolas en terrenos de vocación agrícola y el uso intensivo de agroquímicos en los cultivos agroindustriales como la caña de azúcar y la piña. Pero sobre todo es consecuencia del uso de petróleo a nivel general, la producción comercial de soya y la producción de ganado vacuno en Argentina y Brasil para el consumo de China de carne de ternero.
El IPCC y la Comisión Europea para el Cambio Climático declararon que la política de control de emisiones debería tener por objetico de reducir el calentamiento en 2 Grados Centígrados, y que para lograr al menos un 50 % de posibilidades de alcanzarlo, las concentraciones atmosféricas de gases invernadero deberían estabilizarse en 450 partículas de CO2, meta que es considerada imposible de alcanzar ante el tamaño y ritmo de las emisiones acumuladas hasta hoy. Además se está revirtiendo la tendencia y muestra un aumento inesperado, no la reducción de la temperatura, según las últimas mediciones hechas.
De acuerdo con la meta trazada, se hace todo lo contrario a lo propuesto en la región centroamericana en cuanto al trabajo preventivo para enfrentar estos fenómenos y sus enormes consecuencias socioeconómicas. Toma desprevenidas a las instituciones responsables de esta transformación una vez más, como todos los años la historia se repite, miles de refugiados, de afectados, de pérdidas de cosechas. La destrucción cada vez nos hace más vulnerables, perdemos cada vez más recursos naturales, la capacidad de resiliencia no se da, ni fortalece la respuesta planificada ante este peligro y las consecuencias del desastre para aprender a vivir y a enfrentar esta problemática es mínima. Las Comisiones de Emergencias Nacionales continúan operando como antes del cambio climático. Los gobiernos esperan a que se den los fenómenos para luego dar alguna respuesta, que por lo general es mínima.
Existe ya una conciencia sobre el significado de este cambio climático en casi todas las regiones del mundo, especialmente a las que más afectan y sufren las consecuencias como son Europa, China, India y Estados Unidos. Están siendo obligados a tomar decisiones pues tienen que enfrentar la contaminación ambiental y hacer cambios sobre el consumo de energías fósiles que utilizan en la industria y en la agricultura. Pero los resultados serán de largo plazo, pues países como Estados Unidos se resisten a aceptar, y, al contrario aumenta la producción de carbón en algunos estados. Pareciera que aún no se ha tocado fondo. Habrá que esperar enormes catástrofes y millones de muertes para que se pare este problema mundial?