Luis Javier Crisóstomo - Posibilidades de la democracia
En Guatemala, a todos gusta hablar de democracia en cualquier lugar y en cualquier momento. Referirse a esta palabra es fácil. Los politiqueros también hablan de democracia, pero hacen poco o nada. En vez de democracia, se practica la imposición en los servicios públicos, en las instituciones oficiales que corresponden a los poderes del Estado y en las actitudes de un gran porcentaje de guatemaltecos. Un ejemplo de lo que no es democracia se encuentra en muchas municipalidades y en el Congreso de la República, allí luchan por mantenerse mucho tiempo en tales espacios para responder a sus intereses personales y no para la colectividad. Ante las debilidades actuales de la mayoría de instituciones oficiales del Estado por causa de la corrupción, hay que voltear los ojos al funcionamiento de organizaciones que a través del servicio a la comunidad están todos los días del año atendiendo la seguridad y los servicios mínimos que controlan las comunidades locales.
Hay que reconocer que hay un buen porcentaje de guatemaltecos que desconfían de las instituciones oficiales. Esto por varias razones, por ejemplo por no dominar el idioma de los funcionarios y técnicos que allí laboran, o porque su forma de vida y pensamiento no corresponde a los que aplican las instituciones o no es accesible llegar a tales entidades. Tenemos que reconocer que hay comunidades que pasan hasta 10 o más años en gestionar la llegada o concreción de algún servicio público.
En comunidades locales la democracia cuenta con otros actores que muy bien conducen la vida colectiva de aldeas y caseríos, son las autoridades comunitarias electas en asambleas por las mismas comunidades. Esto es democracia porque es toda una comunidad que discute, propone y elige sus propias autoridades como parte de una tradición que ha funcionado por siglos. Estos son líderes en su contexto, se les exige reunir características de un perfil de servicio a la comunidad, con responsabilidad para atender a todos, mantener en buen estado la alcaldía comunitaria, conservar transitable la red de caminos y veredas para las familias y estar atentos por la tranquilidad de las familias. Este puesto no se debe solicitar, tiene que ser a propuesta y por elección de la comunidad, por eso es motivo de fiesta comunitaria. Aquí hay una gran diferencia con los ciudadanos que se autonombran candidatos para ser alcaldes municipales o diputados con el único requisito tener dinero y saber engañar a los pueblos.
Las autoridades comunitarias deben ser estudiadas y apoyadas por las instituciones oficiales que tienen relación con el quehacer de estas organizaciones. Estas autoridades resuelven conflictos entre personas, familias y grupos. Están cerca y hacen uso del idioma local lo que crea confianza para exponer casos y buscarles las soluciones que corresponden. La presencia de estas autoridades hace cercana la justicia a quienes necesitan resolver diferencias en el menor tiempo, sin necesidad de dinero y sin tener que viajar a las cabeceras municipales o a las grandes ciudades del país. Es cuestión de principios de democracia y justicia desde las instancias con que cuentan los pueblos originarios para contar con los servicios públicos según su cultura y también los que ofrece el Estado de Guatemala. Así podemos vivir en democracia y paz.
La democracia en Guatemala tiene muchas oportunidades. Estaremos atentos al ofrecimiento de partidos políticos y candidatos en la próxima contienda electoral acerca de cómo consideran fortalecer la democracia en contextos de multietnicidad y multilingüismo.