Julio Hernández Estrada - 21 lecciones para el siglo XXI

El título de este artículo, es el mismo del libro de Yuval Noah Harari, autor de Sapiens y Homo Deus, dos best Sellers, en el sentido del impacto en el mundo político y científico, no de la mercadotecnia. A veces, los best Sellers, se fabrican, escriben con esa intención, después de analizar el mercado, sobre temas, que los consumidores están dispuestos a leer, de acuerdo a la coyuntura. Sin embargo, Harari, fue el único científico que invitaron a la reunión de Davos, Suiza en este año. Tampoco significa que es una certificación de calidad, pero proporciona atributos a la lectura de sus dos libros anteriores.  Los dos primeros libros; Sapiens y Homo Deus, han sido leídos por la mayoría de líderes mundiales y muchos académicos. Producto de la lectura y cuestionamientos del mundo universitario y científico,  surge este tercer libro, más aterrizado, interpretativo, desbrozando  enredaderas de la vida, y la confusión de la complejidad conceptual y fáctica.

En general, la vida es una locura, anclada al presente, por la inmensidad de tareas que hay que realizar cada día, para sobrellevar el día a día. Desde que se abren los ojos, inician las tareas. Unas pequeñas, otras grandes, todas ellas, realizadas cotidianamente, sin pensar, como hábitos, sin el uso de la razón previamente. Ya se sabe de antemano, que hay que bañarse, peinarse, cepillarse los dientes, desayunar, ir a trabajar, destacarse en el empleo, la profesión, no pelear con nadie en el mundo laboral, ir por los hijos al colegio o escuela, volver a casa, estar con la esposa, cenar, ver televisión, revisar tareas de los hijos, acostarse hacer el amor, dormir hasta que vuelva a sonar la alarma y repetir, nuevamente toda la secuencia. Así, se pasan los días, semanas, años, la vida. ¿Cuándo filosofamos? ¿Cuándo reflexionamos sobre las consecuencias de lo que hacemos y hace la sociedad en el país, en el mundo? Casi nunca. La sumatoria de todas las cosas que no hacemos, nosotros en lo individual, la familia y la sociedad, la pagamos caro. Especialmente, en la parte política, tecnológica y económica.

¿Cuál es la consecuencia del fin de la historia, de Francis Fukuyama? Pues se equivocó, como muchos otros que la pronosticaron. La caída del Muro de Berlín, marca supuestamente, el fin del comunismo estilo ruso, en el mundo. El socialismo perdió impulso, excepto en China, que también se transformó y mezclo con capitalismo. Parece que la gente esta desorientada. No sabe como interpretar el mundo actual. Lo peor, no sabe cómo actuar, y no le interesan las consecuencias, pero tampoco vislumbra, cuales son. Una interrogante básica; ¿Por qué Donald Trump gobierna Estados Unidos de América? Aunque se fustiga su persona, no es su culpa, sino de los electores, y quienes se divierten cada día, viendo sus estupideces. Eso, tiene consecuencias en el país, y a nivel mundial. Esos análisis transcienden los Estados Unidos de América. Alguien tiene que pensar y reflexionar, porque todos, están metidos en su cotidianidad, sin medir las consecuencias de dejar al destino, su vida.

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