Cristóbal Pérez-Jerez - En cabeza ajena
Vivir en Costa Rica, es revivir la época de la Francia de los siglos XVIII y XIX. Es vivir el entusiasmo, la fe en el futuro, la confianza de que el ser humano puede comprender la realidad y transformarla en un sentido positivo.
El día del traspaso del poder todos los sectores se pronuncian y todo el mundo vive en la inocencia de que ese día todo empieza de nuevo y los grandes problemas de la sociedad pueden enfrentarse en forma integral y definitiva. No se alzan barricadas, ni se asaltan bastillas, como hicieron los franceses para construir el concepto de democracia y respeto a los derechos humanos. Pero se vive la realidad de un pueblo que ha construido una sociedad de paz, democracia y convivencia como pocas en la historia.
Repasemos algunas visiones costarricenses del traspaso de poder. Un 8 de mayo, soleado, fragante y pura vida. Un columnista distinguido Leiner Vargas comentó los retos del nuevo gobierno. La herencia que recibe el nuevo gobierno es un déficit de alta vulnerabilidad económico-social. Es indispensable reconstruir la imagen de honradez, honorabilidad y transparencia en la conducción nacional. El destacado comentarista afirma que el nuevo gobierno tiene que recuperar esa confianza con acciones y no con discursos o informes estratosféricos.
Atinadamente, nuestro analista indica que no es posible que el endeudamiento se oriente a sobrevivir. Señala que es urgente atacar las dos principales políticas económicas: en lo fiscal es leve lo que se puede hacer, manejar con prudencia el gasto y ejercer un delicada negociación política para conseguir nuevos ingresos. Lanza a discusión un tema olvidado la política monetaria y cambiaria. El gran riesgo de siempre promover el crecimiento o la estabilidad de precios.
Por su parte, el sector empresarial organizado, ha presentado sus opciones de política al nuevo mandatario. Según informaciones de prensa a los sectores empresariales al nuevo gobierno se le presenta con claridad el nuevo panorama.
El tema fiscal tiene que enfrentarse en forma integral, es decir, tienen que realizarse cambios en la recaudación y el controlar y recortar el gasto público. Adivinando el discurso oficial del nuevo presidente Carlos Alvarado, los empresarios consideran que la competitividad depende de la movilidad en el área metropolitana y en mejora de la infraestructura, enfrentar la creciente inseguridad nacional, se preocupan también del tema cambiario, presentan la misma y turbulenta pregunta, hay que devaluar para mejorar la competitividad vía precios o generar consumo con un tipo de cambio controlado.
Para analistas y empresarios, un tema central es una reforma educativa profunda. Qué según estudios de la OCDE para Costa Rica, encuentra su principal limitante en la rigidez de los funcionarios de los distintos niveles de la educación nacional. Hay que fortalecer la educación dual, teórico-práctica en lugares académicos y práctica directamente en las empresas. En donde el financiamiento se concentre en el aprendizaje de habilidades del estudiante y no en gastos administrativos.
Del lado de sector sindical no se nota que tengan un proyecto claro sobre el manejo del poder. Es decir, no se presenta un plan concreto de manejo de la política económica. Resistir ante cambios en las ventajas para un sector de la población trabajadora, mientras se deja a un lado a la mayoría de la población que es el sector privado no fortalece sino que debilita las demandas del sector trabajador.
El presidente electo, Carlos Alvarado, ha respondido como esperaba todo el pueblo. Con la promesa y la seguridad de trabajar, trabajar, trabajar por cumplir los siete ejes de su promesa electoral: “En consonancia con nuestras fortalezas históricas debemos actuar en al menos 7 ejes fundamentales para el bienestar de nuestra ciudadanía: la educación, la seguridad ciudadana, la salud, la protección y el balance con el ambiente, una mejor movilidad e infraestructura pública, la generación de empleo y bienestar con enfoque territorial y la recuperación de la estabilidad fiscal.”
Con la búsqueda de consensos y la confrontación de proyectos posibles, así se construye una nación fuerte y estable.