Julio Hernández Estrada - Libertad de expresión e intolerancia cibernética
La libertad de expresión es un derecho constitucional. La intolerancia es una reacción y acción ante la manifestación libre de las ideas. Nada es nuevo bajo el sol. Lo único nuevo, es la manera en que se manifiesta la intolerancia. Hoy día, es una profesión cibernética. Los gobiernos y corporaciones empresariales, han montado grandes centros cibernéticos para encauzar una cruzada pro o contra, ideas que fomenten acciones contrarias a las decisiones tomadas por empresas o gobiernos.
El caso más sonado, son las elecciones presidenciales y la injerencia rusa, contra Hillary Clinton y a favor de Donald Trump. A pesar que ya es historia, procesos judiciales contra Trump, apenas se están activando. Los independentistas catalanes, también fueron conducidos por hackers rusos. Los resultados los estamos viendo todavía. Las elecciones mexicanas, el gobierno en turno, ha montado un operativo grandioso, cibernéticos, contra Andrés Manuel López Obrador. Día a día, inyectan veneno al sistema, mediante insultos, desinformación, y estadísticas malversadas. Sin embargo, los analistas han encontrado que nada de ello, ha afectado el voto duro de MLO. En Guatemala, el gobierno de Jimmy Morales, y su juntita, han invertido también cantidades cuantiosas de recursos del Estado para intervenir las redes sociales, con “Centernets” donde su trabajo de tiempo completo, en turnos de 24 horas, es alterar, borrar o introducir comentarios, insultos, desinformación, etc., a favor o en contra de la oposición o persona, columnista o formador de opinión que escriba en contra el régimen corrupto, represivo y autoritario que se ha formado. Es como tener “vigilantes nocturnos” sobre el sueño de cada ciudadano. Vecinos vigilantes, “orejas”, espías, etc. No es nada nuevo contar con un operativo magistral de oyentes, mirones y entrometidos en las redes sociales. El caso de los cubanos, en la Habana, contra las miradas y orejas de los estadounidenses diplomáticos, fue un caso sonado, que ocasionó respuestas represoras por parte de Los Estados Unidos de América. Esto es un caso, en que les sale “el tiro por la culata”. Los observadores son observados, los que intervienen las redes, son intervenidos, obstaculizados. ¡Curioso! ¿Verdad?
El instinto básico de cualquier ser humano es sobrevivir; todo escritor, periodista, columnista, editorialista, etc. Su primera acción diaria es sobrevivencia, por ello, se auto infringen censura, para evitar ser señalado, puesto en una lista negra, bloqueado social y políticamente. Se expresan libremente, hasta cierto punto. No dan rienda suelta a sus pensamientos, a sus deberes periodísticos.
Antes del internet, un país hegemónico, intervenía directamente. Hoy día, no es necesario que movilice tropas, tanques, espías, etc. Únicamente, tiene que “montar” un centro de cómputo, contratar a los mejores hackers en el mercado, y utilizar los sistemas instalados, para bombardear segundo a segundo, las mentes y pensamientos de usuarios de las redes. El éxito, esta asegurado. Ya quedo demostrado en las elecciones de los Estados Unidos de América. Los creadores del sistema, han sido desplazados por otras potencias, como Rusia, y quizás otros. ¿Usted que cree?