Ignacio España - Jodidos por la Nube
Es hora de despedirnos de Dell, HP, Cisco, EMC y de IBM.” ¿Por qué?” se preguntaran algunos, si ellos siguen vendiendo y desarrollando productos. Efectivamente, no están fuera del juego por el momento, pero las tendencias del mercado tecnológico son claras: las compañías que han relegado el almacenamiento de información por nube tienen sus días contados.
Por muchos años todas estas compañías se jactaron de vender “soluciones empresariales”, lo que quiere decir que vendían, a precios exorbitantes, servidores y almacenamiento de datos en discos duros a otras corporaciones. El mayor problema de este modelo de negocio, para empezar, era que el producto tenía un costo muy alto, requería ser reemplazado de forma seguida y necesitaba cuartos fríos especializados para poder instalar el equipo. No es un sistema particularmente eficiente. A estas desventajas se le agrega la nueva competencia – el almacenamiento de Google, Amazon, Microsoft y Dropbox. Estos factores se agregan a que las viejas empresas aquí descritas pertenezcan a un mega-conglomerado corporativo, cuyo modelo de negocios se puede redactar como ‘Cogidos por la Nube’, como le llama Ashlee Evans, escritora de Bloomberg. Claro, si el sistema tradicional fuera tan rápido, eficiente y barato como los competidores de nube no habría problema. El inconveniente es que no lo es.
Los principales competidores de estos dinosaurios son otros viejos fósiles que se han actualizado - Amazon y Microsoft – junto a nuevos jugadores informáticos – Dropbox, Facebook y Pure Storage. La mayoría de estos nuevos competidores llegaron a desarrollar servicios de nube internos tan grandes, complejos y eficientes que llegaron a la conclusión de que lo más útil era construir sus propios servidores, para luego venderlos. Los otros contrincantes se dedicaron a vender el servicio de almacenamiento por nube a precios extremadamente baratos, gracias al uso de nuevas tecnologías. A todo esto se combina el hecho de ingresar a internet hoy es posible en casi todos los puntos urbanos del mundo, lo que hace a la nube mucho más atractiva que cargar un disco duro adicional junto a una computadora.
El último clavo en el ataúd de los viejos gigantes fue entonces la incapacidad de adaptación, al no buscar nuevas tecnologías o métodos de trabajo, aferrándose a la vieja escuela. Creo que ha sido evidente que, cuando se habla de innovación, lo importante es hacer uso del sentido común: moverse con la marea, no luchar contra ella.