Cristóbal Pérez-Jerez - ¿Qué nos trae la OTAN a los americanos?

Los sectores más conservadores de la región se lamen los dedos. Desde Colombia han llegado varias noticias que excitan a los sectores que viven de las rentas del Estado, y que además sueñan con regresar a la época colonial, en que los terratenientes, la iglesia y el sector armado gobernaban a su antojo, sin participación de la chusma.

Las noticias nos dicen: en primer lugar que Colombia pasa a formar parte de la gran corporación militar de occidente llamada la OTAN, encargada de fundir a cañonazos las naciones para llevarles la democracia y los derechos humanos, una vez destruidas sus reliquias históricas, exterminado la mitad de la población y degradado el medio ambiente. Entre las ruinas se elevan las banderas gloriosas de la OTAN. En realidad no es que se incorpore Colombia a la OTAN, es la OTAN la que toma todo el territorio de Colombia para preparar las intervenciones necesarias sobre Venezuela, Cuba, Ecuador, Perú y Bolivia.

En Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua los grupos de poder tradicionales ya repasan las listas de los grupos sociales que habrá que eliminar. Ya todos sueñan con barrer todo lo que sea izquierda, democracia, inclusión social, derechos humanos. El retorno a la edad media está cerca.

En segundo lugar, Colombia ingresa, sin exámenes socio-económicos a la OCDE, que es la hoja de parra de la OTAN. Ingresar a la OCDE convierte a Colombia en país desarrollado. Por qué razón, o con qué argumentos, no importa. De por sí ya nadie sabe qué es desarrollo.

En tercer lugar, las elecciones presidenciales del domingo 27 de mayo han llenado de alegría a los extremos políticos. Por un lado el partido de Uribe, un declarado admirador de la extrema derecha, en su versión de lavado de dinero del narcotráfico, su partido el centro democrático está más cerca del triunfo en una segunda vuelta. Obtuvo el 39% de los votos. Toda la derecha americana baila del gozo, el retorno a la edad media con el dinero del moderno mercado de las drogas. Pero, hay una piedra en el zapato. La izquierda se coló a la segunda vuelta con un 25%.

Sí gana el uribismo, todos los grupos de vida en represión y violencia tendrán que festejar. Se volverá a la confrontación armada con una ventaja mayor de los grupos armados del Estado, ya conocen claramente la ubicación, organización y dirigencia de los grupos insurgentes. La violencia se va a generalizar en toda la región. El pueblo colombiano cargará con la vergüenza de emitir un cheque en blanco para la violencia reaccionaria en toda la región, y eliminar los pequeños retoños de democracia en este oscuro sector del mundo.

La paz en la región está en peligro. No solo en Colombia, en toda la región los grupos ultras han tomado un rápido auge. La población sufre un gran desencanto con las ofertas políticas tradicionales, víctimas de la corrupción, la ineficiencia y el despilfarro. ¿Qué nos queda, solamente la esperanza?

En la región centroamericana se sufrió de un largo período de violencia fratricida. Grupos de izquierda prendieron la inocencia de estudiantes, sindicalistas e intelectuales que levantaron todo un movimiento social, sin rumbo, que llevó al sacrificio de inmensos grupos de jóvenes que soñaban un mundo mejor. Se enfrentaron a grupos militares del Estado, bien pertrechados y asesorados por agentes oscuros de varias potencias, que no vacilaron en hundir en sangre a estas recientes naciones. Convirtiéndolas en Estados fallidos.

La república democrática apareció en la década de los 40 como una frase, como una profecía, que generaría economías competitivas, países inclusivos y solidarios. La burguesía, tenía que tomar en sus manos las riendas del Estado y modernizarlo. No se pudo cumplir esta etapa, la guerra fría orientó a Estados Unidos, Europa e Israel a decantarse por el golpe de Estado y el mantenimiento de un capitalismo semi-feudal. Algunos sectores eran manejados con economía de mercado y otros con el uso de mano de obra semifeudal, en los sectores indígenas casi de esclavitud.

Que nos queda. Construir un gran frente contra la guerra, la intervención militar de la OTAN en la región y fortalecer los pequeños ramitos de la democracia. De lo contrario, veremos nuestras ciudades y pueblos, como las fotos de las ciudades de Irak, Siria, Libia, etc. reducidos a miserables escombros. Los pueblos tienen la palabra, democracia, libertad, competitividad, equidad y solidaridad o destrucción y muerte.