Julio Hernández Estrada - Robots versus hombres
Desde hace décadas, ha existido desplazamiento de trabajo humano, por la robotización. Empezó levemente, con procesos industriales en serie, como fabricación de autos. En Inglaterra, al inicio del capitalismo e industrialización, los obreros llegaban a las fabricas a golpear las máquinas, para destruirlas. Finalmente, la industrialización se estableció y todos aceptaron el fenómeno. Esta vez, en un pequeño pueblo de Eslovenia, Japón instalara una fábrica de robots para Europa. El impacto, esta vez, será mayúsculo, en relación a finales del siglo XIX en Inglaterra. En pleno Siglo XXI, la robotización es compleja y completa para muchos procesos industriales, incluso otros sectores, como los servicios, algo inaudito.
La empresa japonesa Yashkawa escogió el municipio de Kocevje, en el sur de Eslovenia, para instalar su primera planta. Esta empresa tiene producción en Japón y China. A finales de año 2018, producirá en Europa, para la expansión de autómatas a procesos industriales, para empezar. 60 millones de trabajadores europeos corren el riesgo de ser re-emplazados por máquinas robots, el 14% de los empleos son factibles de robotizarse en Europa.
Para personas con tendencias suicidas o depresivas, pondrán máquinas que contesten 24 horas del día. Tienen contempladas todas las opciones suicidas, y desde luego, las respuestas a cada opción. La industrialización 4.0, como llaman economistas a esta revolución, tendrá impacto en agricultura e industria manufacturera. En transporte, existen taxis sin chofer, con sensores ópticos y GPS, localizadores remotos, que llevan a usuarios a todos lados. Se exponen taxis aéreos, sin piloto, entregas de mercancías distribuidas por drones, etc. Las aplicaciones son múltiples, y los impactos en desempleo, igualmente terribles.
Los últimos cincuenta años, trabajadores de todas las industrias, han visto disminuidos sus beneficios sociales; jubilación, cobertura médica, etc. Por el outsourcing, trabajos desde la casa, con conexión a internet, etc. Lo que parece mayores capacidades de emprendimiento, es una manera de deshacerse de obligaciones laborales de empresas. Inclusive, conceptos sociales y marxistas, han desaparecido del vocabulario cotidiano, para dar cabida a modelos de organización laboral, que minimice protestas y demandas salariales. La carga social, en empresas, ha sido substituida por conceptos de competencia, competitividad, etc., para echar por tierra, las verdaderas relaciones de la lucha de clases. Han cambiado completamente el foco de atención, incorporando definiciones de género, relaciones interraciales, interétnicas, multilingües, multiculturales, etc. Las divisiones en las clasificaciones han aumentado, en detrimento de las verdaderas causas del crecimiento acelerado de la desigualdad social, de ingresos, política, etc. Los niveles de desempleo han aumentado en todo el mundo, por los grandes desajustes en ingresos y cobertura social pública. Ser competitivo, autónomo en el empleo, emprendedor, son errores crasos del cemento social.
La introducción de mayores niveles de automatización en empresas manufactureras, agricultura y servicios en general, es una oportunidad para analizar impactos perversos en el empleo, sin que esto signifique pegar con palos a los robots, sino normar la relación de automatización con los altos niveles de desempleo. El problema central en el capitalismo contemporáneo, es la alarmante tasa de crecimiento de la desigualdad en los ingresos, y desde luego en los activos.