Cristóbal Pérez-Jerez - ¿Cuál será el futuro del trabajo?
Según Karl Marx, el proletariado triunfante, para construir una sociedad ideal en que la equidad, la justicia y la racionalidad económica imperen, tiene que destruir primero la máquina del Estado burgués. Aquel filósofo soñaba en que el sistema económico-social maduro en Inglaterra, Francia y Alemania iban a permitir realizar aquel espectacular experimento.
Eso nunca sucedió y el socialismo, en sus diferentes vertientes no parece tener la respuesta a los enormes problemas que presenta la modernidad para preservar la vida de las especies que quedan en planeta, ni para generar una sociedad solidaria y equitativa. El sueño se desvaneció en medio de una feroz confrontación.
Pero, los problemas planteados subsisten y la sociedad tiene que buscarles una solución. En ese sentido, en su blog diálogo a fondo, el FMI, nos plantea la discusión sobre el cambio tecnológico y el futuro del trabajo[1]. Lo que significa es que en la sociedad las distintas fuerzas y clases sociales siguen luchando por alcanzar un mundo mejor. Luego de 170 años de lucha, la tendencia es clara. No podemos construir la sociedad perfecta (marxista, sin mercado o neoliberal, sin gobierno), solamente podemos construir una sociedad relativamente estable y respetuosa de los derechos humanos. Es decir, una sociedad de capitalismo-democrático. En donde las contradicciones entre la sociedad y el individuo se resuelvan en forma pacífica y polémica.
En el blog del FMI, Adrián Peralta y Agustín Roitman, presentan el urgente tema que tienen que enfrentar los gobiernos de todo el mundo. El cambio tecnológico aumenta la productividad de las máquinas y desplaza el trabajo vivo de los seres humanos. El desempleo ya abarca la cuarta parte de la población activa en todo el mundo. Cada vez son mayores las poblaciones que no pueden encontrar trabajo, pues hoy una máquina o un ordenador pueden hacer labores que antes necesitaban docenas de empleados.
Los analistas avanzados del trabajo plantean el gran reto de los nuevos avances de la tecnología. Tanto la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, van a destruir el actual modelo de producción internacional. Esas tecnologías son capaces de reemplazar las cualidades humanas y poner en riesgo la cultura que es la base de la convivencia actual. Ya se mencionó hace más de cien años que los hombres hacen su propia historia. Pero, hoy más que nunca sabemos que no la hacen a su libre forma de pensar. Los humanos no construyen a su libre arbitrio las condiciones de vida y convivencia social. Hoy día, los que manejan el cambio tecnológico de la informática y las telecomunicaciones pueden generar condiciones que superan las herencias del pasado.
Los ordenadores, las máquinas inteligentes parece que están a punto de generar inteligencia y sentimientos. Las generaciones de los muertos no manejan nuestras pesadillas, son las apps que están naciendo quienes se disponen a revolucionar el mundo, a transformar la producción, el intercambio, los medios monetarios y el comercio internacional.
Todos tenemos que prepararnos para la transformación del mundo que ya empezó y se sale de las manos de los humanos.
Para comprender ese futuro que ya no es de años, ni décadas, sino de meses y semanas tenemos que ser resilientes. Todos tenemos que prepararnos para aceptar el futuro, hay que generar nuevas generaciones de personas capaces de transformarse junto con el cambio tecnológico. Hay temor en el mundo. ¿Qué humanos serán reemplazables?, ¿qué personas podrán adaptarse al cambio siendo conscientes?, ¿qué humanos no serán reemplazables?
La tradicional teoría de que la productividad genera nuevos empleos se enfrenta ante el reto de ya no ser cierta. Sí las máquinas y los softwares avanzan, podrán planificar la estructura de la nueva sociedad. Como menciona Yuval Noah Harari: nos mirarán como nosotros vemos hoy a nuestro perro y nuestro gato, y pensarán “estos, casi piensan”.
Según los analistas del FMI, el empleo en el mundo muestra una lentitud en los avances salariales, como resultado de una disminución constante de la productividad, lo cual genera cambios políticos, incertidumbre laboral y terror en la población.
¿Qué debieran hacer los países, qué estrategia diseñar los gobiernos, cómo movilizar a los pueblos? Son los temas de nuestra próxima entrega.
[1] https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=9184&utm_medium=email&utm_source=govdelivery