Cristóbal Pérez-Jerez - Zafarrancho en el comercio mundial

El mundo moderno está basado en varias premisas fundamentales. Una, los ciudadanos somos iguales, por lo tanto, tenemos la misma información y preparación para elegir y ser electos. Segunda, consumidores y productores somos iguales y racionales, vamos a escoger siempre el producto de más calidad y mejor precio. Tres, somos un ser especial, el creador es nuestro padre, todos los demás seres y la naturaleza nos pertenecen y por lo tanto podemos destruirlos para nuestra satisfacción.

Con ese fundamento, consideramos que el libre comercio es la fuente principal de la estabilidad mundial, la integración económica y el bienestar generalizado.

Estamos preparados para el caos y la evidencia de que esas premisas son falsas. Muy bien veamos que nos espera en el futuro cercano. En su blog del FMI[1], Christine Lagarde, se muestra alarmada. “Las noticias recientes acerca del comercio mundial tienden a concentrarse en las medidas proteccionistas y las tensiones diplomáticas, desafíos han suscitado preocupación acerca del crecimiento y el empleo en todo el mundo.”

Lagarde, como gran pitonisa de la historia económica considera que el lento crecimiento del comercio mundial, a raíz de la crisis de los años 2007-2008, no es preocupante. Hemos entrado en una nueva era, los flujos de datos, el intercambio de información, el lanzamiento de monedas electrónicas y el intercambio de apps superan al comercio físico.

En el largo período de 1986 a 2008, el comercio de bienes y servicios creció a un ritmo muy superior al crecimiento de la producción mundial. Como resultado de la crisis no resuelta de los años 07-08, el comercio mundial tradicional base de nuestra vida actual, no alcanza a superar el crecimiento mundial. Estamos al borde de desastre o de una nueva relación entre las naciones.

El cambio en la tecnología

Nos cuenta la directora del FMI, que el ancho de banda en los países desarrollados se multiplicó por 90 entre 2005 y 2016, según élla se espera que de aquí a 2023 la cifra vuelva a multiplicarse por 13. Por supuesto, para nosotros en Centroamérica esto es un sueño.

Cambia, todo cambia. Atónitos observamos el streaming, ese vídeo en directo, así como las llamadas por Skipe, Whatsapp, y publicaciones en redes sociales que hacen obsoletas las libreras y los sistemas de música. Ya los impulsos de datos facilitan la comercialización de servicios, el intercambio de conocimientos en ingeniería provocando cambios acelerados en las comunicaciones y el transporte.

Nuestra Lagarde confirma que el futuro del comercio es el futuro de los datos. ¿Cómo nos preparamos en la región para enfrentar este reto?

El reto del gobierno

En una época histórica en que los gobiernos han caído en descrédito, en que la población los considera un peso muerto, ineficientes y corruptos. En esa situación tan debilitada los gobiernos enfrentar su reto más importante. Ser capaces de diseñar una estrategia de apertura comercial internacional, que fortalezca las cualidades de un país y disminuya los riesgos de la integración acelerada y sin control.

¿Qué les aconseja Lagarde a los gobiernos centroamericanos?

Uno, prepararse para incorporarse a un mayor comercio de servicios. En este siglo, que en Centroamérica no saben que ya comenzó, el comercio de servicios es la variable económica que cambia más rápido. En el momento actual es ya la quinta parte de las exportaciones del mundo. La mitad del comercio internacional se basa ya en tecnologías digitales.

Afortunadamente, el comercio de servicios viene creciendo a un ritmo relativamente rápido, y en la actualidad representa una quinta parte de las exportaciones mundiales. Y según ciertas estimaciones, la mitad del comercio mundial de servicios ya se basa en tecnologías digitales.

¿Quiénes serían los principales beneficiados?

Los centroamericanos tienen que realizar un cambio fundamental. Tienen que abrirse más al comercio internacional, elevar su competitividad a escala mundial, especialmente en servicios financieros, jurídicos, consultorías y producción de software.

Hay que avanzar en servicios comerciables, tanto en telecomunicaciones, producción de energía alternativa, servicios outsourcing a empresas y gestión de infraestructura.

Así como fortalecer el crecimiento de millones de pymes, que suplan los monopolios oligárquicos tradicionales, especialmente mejorando sus destrezas digitales y mercadeo mundial.

Trump, rompe con el paradigma de la apertura, que retos y riesgos nos trae, lo veremos en la próxima entrega.

 

 

[1] https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=9288

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