Werner R. González - Presupuesto abierto y políticas de compensación social
Es interesante la oportunidad de los distintos ministerios formular -ante el colectivo nacional guatemalteco- los requerimientos presupuestarios para el año 2019, en el marco del ejercicio de ´Presupuesto Abierto´. Este proceso, tras el recorrido enmarcado en ley, tendría para concluir el 30 de noviembre del presente año 2018. Aunque el ejercicio, desde el punto de vista de transparencia y rendición de cuentas, es una muestra de democracia dentro del despertar del desarrollo social de Guatemala; el nudo gordiano, si no se avanza en una reforma fiscal, podría estar en la recaudación tributaria. Esto se argumenta en que sin un presupuesto multianual bien sustentado y financiado, la modernización del Estado y la democratización de la sociedad estarían avanzando a velocidades por debajo de los niveles de los países de la región latinoamericana.
Recientemente, el Gobierno de Guatemala, por medio del ministerio de Finanzas, dio a conocer la asignación de techos recomendados para el año 2019 en un evento de Gobierno Abierto -Ruta País- en donde se propuso un presupuesto máximo de Q88.9 millardos. Julio Héctor Estrada, titular del Minfin, explicó: “El crecimiento de Q76 a Q88 millardos, si bien tiene un crecimiento cercano al 16 por ciento; éste, en realidad responde a un crecimiento de 7.5 por año (2018 y 2019), paralelo al desenvolvimiento del PIB nominal”, en diario digital República. Adicional, se proyecta una recaudación fiscal para el año 2019 de Q65.2 millardos (equivalente a una carga tributaria del 10.2 por ciento) y un déficit fiscal del 2.4 por ciento, se indicó. Aunque desde el punto de vista de tendencias y expectativas esto es razonable, el desencanto podría sobrevenir desde una insuficiente -delgada- recaudación fiscal que sobre la base de la práctica se experimente en el ente recaudador para el referido período fiscal 2019.
El desencanto podría producirse debido a los apuros fiscales que desde décadas padece el organismo recaudador del Estado. Esta inexactitud o insolvencia fiscal unida a una relativa abultada proyección presupuestaria 2019 que podría estar cerca de los 90 millardos de quetzales, excede la capacidad recaudatoria del Estado de Guatemala. Si bien es cierto que el actual organismo recaudador fiscal ha dado muestras de avances en los niveles de recaudación, debe reconocerse que hace falta potenciar ese esfuerzo de parte del Estado para que los recursos puedan equipararse al mínimo de necesidades que tiene la población guatemalteca, principalmente del área rural; en este sentido, es clave, atender socio productivamente los sectores del cinturón fronterizo Guatemala-México para compensar la falta de oportunidades de desarrollo procurando minimizar los índices migratorios.
El presente artículo pretende enriquecer palabras persuasivas para que dentro del ejercicio presupuestario -2019, se efectúe la mejor priorización en la asignación de los escasos recursos del Estado a favor de aquellas entidades que realmente sustentan una misión centrada en acciones prácticas que hacen mover hacia arriba el bienestar social. Esta perspectiva de desarrollo se podrá potenciar si dentro de las políticas púbicas de compensación social se da cumplimiento a los Objetivos <<sociales>> de Desarrollo Sostenible -ODS- de las Naciones Unidas, horizonte que no debe perderse de vista ya que -según cifras del PNUD- Guatemala tiene marcadamente un déficit en los Indicadores de Desarrollo Social -IDS- en comparación a los países de la región.