Beatriz Villarreal - Educación y Democracia en Guatemala
La educación en condiciones de igualdad es la meta educativa a la que debe aspirar este país en los próximos años. Hacer de cada habitante un ciudadano en el sentido de tener el derecho real a la educación y a la ciudadanía. La educación es una vía para alcanzar la ciudadanía. Ambos principios aún hoy en la segunda década del siglo XXI no son una posibilidad para toda la población escolar guatemalteca. Si tomamos en cuenta que la filosofía es reflexión y estudio de la verdad. Esto la hace estar relacionada con la educación que es aprender para llegar a conocer la verdad. Uno de los objetivos de todo proceso educativo es aprender a conocer la verdad y a reflexionar sobre los hechos reales, conceptos e ideas para formarse una opinión propia y un juicio fundamentado. Conocer la realidad y el pensamiento se puede hacer por diferentes vías: observación, lecturas, relatos, medios de comunicación, entre otros. Para el siglo XX el conocimiento era la base del fundamento educativo de la sociedad moderna de los siglos XVIII y XX, según los filósofos Rousseau (1712-1778), Locke (1632-1704) y Dewey (1859-1952). En el siglo XX, a finales, se amplía al aprendizaje con las teorías educativas de las competencias de la UNESCO y de Jacques Delors (1925).
Ya para Dewey durante la primera mitad del siglo XX, lo que no es para Guatemala en el siglo XXI, setenta años después, en este proceso educativo y democratizador la filosofía es la experiencia de la vida en la cual la persona se debate y trata de llegar a resultados y conclusiones. La experiencia como la vía de acceso al conocimiento se le revela a cada uno como algo dramático que tiene que vencer y resolver, esto lo pone frente a la incertidumbre. Desde el Pragmatismo de Dewey el conocimiento es el que lo libera de esos peligros para poder llegar a obtener dominio y seguridad sobre la realidad. La educación y el conocimiento es lo que permite obtener el derecho de la ciudadanía pues el conocimiento nos puede llevar a descubrir la verdad de los hechos. Esto sería una garantía de base en Guatemala, para ir construyendo una sociedad igualitaria y justa. El acceso a la verdad y al conocimiento de todas las personas garantizaría en alguna medida la participación de los ciudadanos en el desarrollo de la conciencia ciudadana (colectiva) en la impartición de la justicia para mantener el principio de la igualdad para la creación y distribución de la riqueza y el poder ante la corrupción y el robo que tanto pesan sobre esta sociedad.
Para Dewey la acción es un deber dirigido por la filosofía como la sabiduría directiva de la vida e impulsora de la fe en sí mismo, por medio del lenguaje. De ahí la importancia que tiene aprender a leer y escribir, a comprender e interpretar. Y de su inserción en el todo social en donde la democracia educa y democratiza, a partir del derecho que tienen todos a estudiar y tener acceso a una buena formación para la vida y el trabajo. Esto debe de destacarse en un país como éste. El simple hecho de ser tratado como igual sería una señal para la superación del racismo y la desigualdad, y un ejemplo digno de aprender de seguir y de enseñar como norma de vida. Aboga por una democracia humanista en el que la democracia es una forma de vida y un ideal ético, un ideal humano y social que establece dos criterios de valoración que son a) la igualdad y b) la flexibilidad continua, vista como adaptación y readecuacíòn de sus instituciones que en el caso de Guatemala son las instituciones educativas, las organizaciones sociales y los partidos democráticos. Estos, los partidos aún son tomados como maquinarias inestables que cada cuatro años son creadas para hacer y captar dineros lícitos e ilícitos y llegar al poder a cualquier costo. No son organizaciones político-democráticas estables y permanentes, reconocidas y aceptadas socialmente donde sus miembros son los ciudadanos comunes y buenas personas que con sus prácticas políticas igualitarias enseñan y aprenden a vivir la democracia y son la fuerza motriz de los procesos electorales. Por el contrario muestran un desarrollo embrionario a pesar de más de dos siglos de desarrollo independiente y nacional. No tienen ninguna centralidad en el proceso de fortalecimiento de la identidad nacional. Son poderes de hecho como el autoritarismo y las acciones ilegítimas los que se imponen en este país como la vía de acceso al poder. La educación y el conocimiento no son aceptados como un bien común. Para el pragmatismo la base o el fundamento democrático es la fe en la inteligencia humana, en la experiencia, la colaboración y la solidaridad. Así democracia y educación se identifican como la fe en la igualdad y en la posibilidad que tienen todos de vivir y educarse para contribuir al todo social.
Para Dewey -no para Guatemala- la escuela es un agente social de valores y objetivos, es un laboratorio de democracia, de igualdad para borrar las diferencias sociales. Es un taller de democracia, en la que esta, la democracia es construida permanentemente por un desorden creativo. La democracia disminuye los efectos de las desigualdades económicas. La idea de educación se concibe como una liberación de la capacidad individual en un desarrollo progresivo encaminado a fines sociales.
Dewey escribió a fines del siglo XIX y principios del XX para la sociedad norteamericana. ¿Qué se puede decir sobre esto en Guatemala más un siglo después? Primero: que la educación como valor esencial de la democracia es todavía una tarea a cumplir. Por lo tanto la democracia es también inconclusa. Segundo: la educación no es para todos un derecho dado, no es igualitaria pues grandes cantidades de niños no tienen acceso a una educación y menos a una buena vida. Solo una parte. Tercero: no existe relación entre democracia y educación, ni entre filosofía, educación y democracia. Pues la educación no prepara para el enfrentamiento con la incertidumbre, no es reflexión ni es estudio de la verdad de la democracia entendida como igualdad y como la base del proyecto social guatemalteco. Y cuarto: haciendo un balance del avance de la democracia de este país desde la perspectiva de la educación, lo que se está dando es un retroceso histórico que está marcando negativamente al país.
Ejemplo de esto es un reciente evento celebrado por los Empresarios de la Educación en Guatemala donde además de señalarse las dificultades y retrocesos que está sufriendo Guatemala en materia educativa, presupuestaria y de falta de visión pedagógica sobre lo que debe ser el proyecto educativo para el presente y el futuro, como se lo están planteando muchos países. Lo que ocurrió fue que algunos representantes de los empresarios lo que hicieron fue pedir cuentas sobre el presupuesto educativo que es público, no privado, en lugar de plantearse cómo mejorar la calidad de la enseñanza, aumentar la cobertura y mejorar la calidad. Pues el presupuesto que se destina para la educación no es gasto sino inversión para la formación de las personas.