Olmedo España - ¿Cuál es el rumbo de la educación en Guatemala?
La palabra educación significa etimológicamente encausar, orientar, formar. Es una acción que se lleva a cabo en el hogar, en el medio social, en la escuela y a través de los medios de comunicación. Todas tienen diferentes dimensiones, en unas se hace hincapié en los hábitos, costumbres, tradiciones, en otras se fortalecen valores religiosos, morales o bien se forman conciencias forjadas por grupos de interés.
La escuela por ejemplo tiene un doble papel, puesto que le corresponde la compleja tarea de formar competencias académicas y de construir conciencias ciudadanas capaces de vivir con dignidad, tolerancia y respeto con su entorno social y natural. Lo que podría interpretarse que las cabezas del Ministerio de Educación deben necesariamente, poseer la condición de lucidez y conocimiento de esta enorme responsabilidad.
La mayoría concordamos que en educación no cabe la ocurrencia, la improvisación, ni mucho menos la abulia, la anomia y la pereza mental. Porque se trata de formar inteligencias, personas que puedan convivir con los otros y con la naturaleza. Los entornos sociales y naturales son fuentes de inspiración y construcción personal. Y todo esto, es lo que debemos matizar en el medio guatemalteco tomando en cuenta que existen lindas experiencias en algunos centros educativos públicos y privados.
Sin embargo, hay escuelas, institutos, colegios y espacios universitarios, en donde sospecho que no existe claridad acerca del sentido de la educación. Se manifiesta una especie de acomodamiento en torno a la mediocridad, a la anarquía, a la desorientación, a la ocurrencia que surge por la ausencia de políticas de largo plazo que requiere el sistema educativo. Pienso que el ente rector de la educación de Guatemala no se ha detenido a pensar y repensar la educación y marcar así, el rumbo que se debe de tomar.
Entiendo que el MINEDUC no puede avanzar sólo a través de la gestión administrativa, la cual es necesaria pero no suficiente y tampoco ocuparse sólo de respuestas a coyunturas políticas, sociales, económicas; porque la tarea educativa no sólo es de fondo, sino que se traduce en la práctica como la acción que encausa, orienta, forma y dirige. Y para llevar a cabo esto, se necesita de voluntad política, claridad y conocimiento del fenómeno educativo de quienes ostentan los puestos de conducción, así como una esmerada afinidad de propósitos acerca del rumbo de la educación.
Ahora bien, ¿cómo lograr este acercamiento en una sociedad desmembrada y jerarquizada? ¿cómo lograr que la clase política entienda que para forjar un mejor futuro se necesita de una buena educación? Pienso que una ventana, es abrir el debate con ideas sólidas que puedan ser sustentadas con talante y talento acerca del rumbo de la educación en nuestra sociedad.