El muro de seguridad de la ignominia por José Manuel Prado Abularach

UNA AMENAZA PARA EL AÑO NUEVO 2019


La ignominia es una ofensa pública que sufre el honor o la dignidad de una persona o un grupo social, es decir deshonor, descrédito de quien ha perdido el respeto de los demás a causa de una acción indigna o vergonzosa. El muro de seguridad, barrera con accesos restringidos que divide dos espacios o comunidades. Son ejemplos de Muros de seguridad:


• El Muro de Berlín, construido por la República Democrática Alemana durante la Separación de Alemania

• El Muro fronterizo Estados Unidos–México, valla de seguridad construida en pequeñas secciones por Estados Unidos en su frontera con México.

• Muros de los Ghettos judíos, construidos por la Alemania Nazi, como el de Leopoddstadt, Viena, para 65,000 judíos. En Europa, fueron más de 1000 Ghettos con sus muros. Realmente funcionaban como grandes cárceles para el posterior exterminio planeado hasta de 11 millones de judíos.


El muro de Trump, diseñado para que los ciudadanos mexicanos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y otros, considerados como personas indignas, como grupos sociales despreciables, que huyen de sus países por situaciones de pobreza, falta de trabajo, amenazas delincuenciales, inestabilidad política, etc. no puedan ingresar ilegalmente al territorio estadunidense.


Los muros nunca han sido solución para detener invasiones, la muralla China, fue burlada por los mongoles, invadiendo por los extremos. Los africanos atraviesan el Mar Mediterráneo, en pequeñas lanchas o barcos de un solo uso.


El muro fronterizo de México y los Estados Unidos, sería una vergüenza para los Estados Unidos, que estaría haciendo un émulo de los Nazis o los comunistas de Alemania Oriental, y sería también una vergüenza para nuestros países que demuestran la incapacidad gubernamental para crear condiciones dignas para sus ciudadanos para que puedan trabajar y vivir con sus familias y desempeñarse como buenos ciudadanos cada uno en el país donde nació.


La solución es atacar frontalmente todas las causas que obligan a las personas a realizar migraciones internas o externas en Guatemala, El Salvador y Honduras. La solución no es regalar dinero o bolsas solidarias, sino crear fuentes de trabajo por el Estado y la empresa privada, más educación, aplicar la solidaridad y la subsidiariedad simultáneamente de manera que las personas salgan adelante por su propio esfuerzo. Hacer un uso ético de los recursos del Estado para que la justicia distributiva del presupuesto, se aplique correctamente. Y sobre todo empezar por el respeto al sistema judicial constitucionalmente establecido.

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