El futuro del trabajo: una reflexión por Beatriz Villarreal
El trabajo es un tema importante para cualquier sociedad, pues cantidad y calidad ya no están relacionadas. Los problemas laborales se han multiplicado exponencialmente en los últimos años en casi todo el mundo, según las cifras de la OIT, en especial en países donde desde siempre el ritmo de crecimiento de la mayoría de estas oportunidades es muy escaso y de mala calidad. Se presentan entre empleadores y empleados, pero afectan a todas los grupos sociales pues la inmensa mayoría de la población vive de un salario o ingreso que obtiene de la venta de su fuerza de trabajo. Las contradicciones surgen por los intereses y necesidades de los empleadores, comerciantes, industriales, empresas tecnológicas o vendedores de servicios, versus potenciales empleados, ante las dificultades que tienen que vencer. Están relacionadas con sus necesidades, competencias laborales y profesionales y las que requieren el mercado laboral, para responder a las exigencias que los productores y las que los consumidores le hacen permanentemente al mercado.
Las grandes cantidades de buscadores de un puesto de trabajo, por lo general, no llenan las expectativas debido a esa creciente demanda de los compradores de bienes y servicios acostumbrados a la respuesta sofisticada que le otorga el mercado, para mantenerlos de esta manera “enganchados”. Frente a estas exigencias, al dinamismo de la producción de bienes y servicios y al número de puestos que se requieren, para poder dar abasto a la producción, los perfiles que requiere el mercado laboral en relación a la producción, son insuficientes. Este crece más lentamente con salarios relativamente bajos. Dándole de esta manera un tinte estructural al problema del desempleo actual a nivel global.
En países como Guatemala el problema del escaso número de empleos privados y públicos existentes para la gran cantidad de personas que pretenden ubicarse en algo, que llene sus necesidades, se complejiza más con el clientelismo político electoral. Provocando situaciones que desvirtúan y actúan negativamente y de diversas maneras. Por la influencia que ejercen personas, poco escrupulosas, con sus cuotas políticas llenan, puestos de trabajo con criterios pocos profesionales o con personas que no califican para los puestos. Ejemplo de ello son los gobiernos de turno, que con influencias ponen a personas de baja calificación en puestos de alto rango que requiere de una excelente formación profesional. Otros tienen varios trabajos a la vez de mala calificación con el fin de poder obtener la cantidad mensual necesitada. Otro ejemplo es España que tiene para este 2019 casi 4 millones de desempleados. Las estadísticas actuales muestran como muchos profesionales no logran el tiempo completo, la actividad o profesión para la cual fueron formados y menos un salario adecuado. Mientras que países como Canadá, Estados Unidos o Alemania no logran llenar sus demandas de profesionales especializados.
En Guatemala el número de trabajos calificados y bien pagados es sumamente escaso. Lo que si existen son trabajos agrícolas de mala calidad y mal apagados. En las ciudades lo que se da son cantidades aceptables de maquilas, restaurantes y tiendas que se abren cada día. Ante las pocas exigencias educativas es fácil desempeñar estos puestos. Lo negativo es la escasa formación y calificación de la mayor parte de la población joven que va en busca de ellos, pues los salarios son muy bajos y las jornadas muy largas. Lo que hacen que sea muy inestable esta situación para los jóvenes que pretenden obtener estabilidad laboral y un mejor reconocimiento económico. La pobreza continúa pues el empleo no es la vía para mejorar las condiciones materiales del grueso de la población. Sin tomar en cuenta la gran porción de esta población que no cuenta con ninguna actividad económica fija. Su destino entonces es la informalidad y en muchos casos las actividades ilegales. Evidenciando así la verdadera dimensión de la problemática laboral y social de este país, que continuamente expulsa mano de obra no calificada hacia otros países.
En las economías desarrolladas y en parte de las menos desarrolladas, con la revolución tecnológica en camino, esta tendencia pareciera que tiende a agravarse, pues se cree que el aprendizaje automático cambiará casi todos los tipos de trabajo que podrán dejar a miles de millones sin trabajo en los próximos años. El auge de la info- tecnología o tecnologías informáticas y la biotecnología o sea la biología tecnológica en las economías avanzadas, significa la generalización del uso, aplicación y producción de resonancias magnéticas en la producción y en el mundo laboral, así como el uso de los teléfonos celulares, en actividades como la salud. Esto está provocando un cambio fundamental en el mercado laboral, pues las máquinas pueden desempeñar una gran cantidad de funciones. Lo que desplaza a población ocupada sin ningún problema. Eliminado además lo referente al salario, que es algo esencial para el trabajo humano. Los ordenadores pueden ser integrados a redes flexibles y sustituir a muchas personas. El problema es que las máquinas no pueden afrontar situaciones imprevistas. No tienen conciencia, ni habilidades motrices y emocionales para calmar o consolar a los pacientes. Esto es fundamental. Tampoco pueden cuidar a un anciano. Ni disfrutar de lo que compran. Y sus decisiones no están condicionadas por sensaciones y emociones. Entonces: Cuáles podrán ser los nuevos empleos con la revolución tecnológica? Fundamentalmente en los servicios. En Medicina realizar investigaciones punteras, desarrollar nuevos medicamentos o procedimientos quirúrgicos. En lugar de competir con la inteligencia artificial pueden dedicarse al mantenimiento de la tecnología. Análisis de datos o ciber seguridad. O empleos que impliquen la cooperación humano–inteligencia artificial, no competencia entre ambos. Un cajero bancario se puede convertir en un operador de drones, por ejemplo.
Hay que tomar en cuenta que la automatización no es la garantía para que se originen condiciones laborales muy diferentes. Pues los problemas que generan el desempleo, en todas las sociedades, no han sido corregidos o resueltos todavía. Pero si hay que tomar en cuenta el potencial de la inteligencia artificial para integrarlos a modelos sociales más avanzados social y tecnológicamente. Los países y gobiernos deben de aprovechar su potencial. Pues “…el espíritu emprendedor económico tendrá que ir acompañado de una revolución en la educación y en psicología”, según lo argumentó Noah Harari en el año 2018 en su libro “21 lecciones para el siglo XXI”. Lo que indica que son los gobiernos, los Estados y los empresarios quiénes deben, junto con el resto de las sociedades, hacer realidad dichas revoluciones como condiciones preliminares para el cambio tecnológico. Lo cual es una llamada de atención a países con mala calidad educativa. Pues según el autor, lo primero que se tiene que hacer es reconocer con honestidad que los modelos sociales, económicos y políticos heredados del pasado son inadecuados para afrontar este reto. Por lo que no es posible esperar a que la crisis llegue para planificar la salida. Es importante desarrollar modelos sociales y económicos guiados por el principio de protección a los humanos y no a los empleos. En el caso de Guatemala son tan urgentes las medidas educativas a tomar como la forma para superar los problemas sociales y laborales. Por ejemplo las adaptaciones o aplicaciones tecnológicas de marcas globales a actividades artesanales y agrícolas. Una posible vía es el uso de impresoras 3D, y sobre todo, mejorar el sistema educativo nacional y el de salud con las demandas sociales que garanticen una mejor calidad de vida de muchas personas.