Nada es para siempre por Julio Hernández Estrada

Cantar victoria antes de tiempo, no es buena idea. Incluso, es de mala suerte, dicen popularmente. Los logros de la CICIG en Guatemala, fueron espectaculares, en materia de combate a la corrupción. Se desarticularon muchas redes de crimen organizado que medraban con el erario público. Se procesan penalmente, un ex presidente y una ex vicepresidenta, fueron apresados altos funcionarios y empresarios del CACIF, etc. Etc. Sin embargo, el único respaldo formal que tiene la CICIG es la Organización de Naciones Unidas, apoyada, principalmente por los Estados Unidos de América. Pero en política y geopolítica, todo tiene su precio. Nada es gratis en esta vida. El gobierno, diputados, ex funcionarios procesados y el CACIF, han juntado dinero, para hacer cabildeo en Washington, D.C. Después de mucho batallar, encontraron el camino directo para obtener apoyo político para desbaratar el trabajo de la CICIG. Desde luego, eso tuvo un costo monetario, que pagaron todos los involucrados en el “Pacto de corruptos”.  Los países de la Unión Europea, principalmente Suecia, Noruega y otros, siguen en su lucha férrea contra la corrupción en Guatemala. La guerra es a muerte, al menos de parte de los chapines. El modelo de la CICIG es único en el mundo. Guatemala es un país privilegiado por tenerla, pero sucumbió a los poderes ocultos. La CICIG hizo que se unieran todos los corruptos en contra de ella. Nunca se pensó, ni por asomo, que eso harían. Desde luego, nadie se iba a quedar cruzados de brazos, esperando su turno para ser juzgado, sentenciado y encarcelado. El trabajo de la CiCIG se desdibujo, desvaneció, y corre el riesgo de desaparecer o al menos, verse disminuida sus funciones y eficacia. Algunos congresistas republicanos, de extrema derecha, aceptaron ser comprados por jugosas cuentas en dólares. Esto significa que en todos los países “Se cuecen habas”. Los montos de las mordidas y los protocolos deben ser sofisticados. Al menos, eso se imagino uno. Luego resulta que son igual de toscos que en Guatemala.

La CICIG fue rodeada de personas e instituciones corruptas, incluso, más que antes, para asegurar su ineficacia. Se reforzo la estrategia con modificación de leyes, pro corrupción y protección de infractores. El congreso se torno 100% cómplice, al igual que el poder judicial. No dejaron espacios libres de corrupción. Todo está cooptado. Los pocos avances logrados antes y durante la CICIG, retrocedieron al máximo. Volvemos a la época de las dictaduras.  Los empresarios sacaron el pecho, y entraron sin máscaras, a reforzar y fomentar el “Pacto de corruptos”. ¡Al mal paso, hay que darle prisa! Dijeron y se sumaron a la fiesta, quebrando la piñata llamada CICIG. ¿Qué queda ahora? Volver a esperar un buen momento, para una CICIG mejorada, y respaldada por un gobierno demócrata de Estados Unidos de América. Quizás con Bernie Sanders de presidente, la CICIG sería nuevamente prioritaria, y en los cuarteles de Guatemala, lo generales, volverían a temblar, incluso en la mesa directiva del CACIF.

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