Casas pequeñas, crisis económicas grandes por Julio Hernández Estrada

En Estados Unidos de América, se puso de moda, fabricar casas pequeñas, minúsculas, para pasar el temporal, la mala racha económica. Lamentablemente, la crisis económica es estructural, algo antes visto en la historia, no solo de Estados Unidos de América, sino del mundo. Los jóvenes no logran conseguir un buen empleo, a veces, ni siquiera un empleo, más o menos, permanente, donde se pueda hacer un plan de vida, con jubilación incluida. Los planes de retiro en las instituciones, desaparecieron. Como el optimismo siempre priva en la juventud, comprar y vivir en una casa pequeña, siempre se ve como algo temporal, mientras pasa la crisis y puedan conseguir un mejor empleo, salarios más altos. La ilusión de la mayoría de jóvenes, es llegar a comprar una casa grande, con jardín. El problema básico, es que las condiciones de empleo, cambiaron drásticamente. Pocas empresas quieren mantener un presupuesto permanente, con todos los beneficios sociales para empleados. La mayoría de empresas ha minimizado empleos, y convertidos en tareas robotizadas, digitalizadas, o bien, out sourcing, donde los empleados trabajan en casa, conectados todo el tiempo, pero sin compromisos labores, ante la ley. El engaño es crear emprendedores, con su propio negocio y/o empresa familiar en casa, donde los costos administrativos y los riesgos de las oscilaciones económicas y financieras mundiales, las asuman los empleados libres, emprendedores, estafados socialmente.

Si por casualidad, o azares del destino, una pequeña o mediana empresa, prospera, las grandes la destruyen, bloquean o ahuyentan, mediante mecanismos de mercado, competencia o trabajo sucio. Las pequeñas empresas, compiten, rebajando al máximo, sus retribuciones a mano de obra, poniendo horarios extensos y sin pagarse horas extras, simplemente extendiendo la jornada más allá, de lo humano. Este fenómeno de crisis económica, no se ha estudiado bien, porque los economistas, los especialistas en crisis, viven una crisis existencial, como profesión. Por otro lado, también se sienten avasallados por la política actual del presidente de Estados Unidos de América. Esta situación, se ha extendido al mundo. En países en desarrollo, los jóvenes tampoco tienen en la educación, la solución. Ahora, existen más jóvenes desempleados, sin futuro, sin una retribución decorosa, legal, y con mayores niveles de escolaridad. El panorama es triste y desolador, en empleos públicos, privados y por cuenta propia. La lucha es feroz, como nunca antes de había vivido. Las condiciones de vida disminuyeron drásticamente y las esperanzas, desangeladas. Los pocos jóvenes que deciden vivir en una casa pequeña, son relativamente afortunados. La reglamentación de vivienda, no les permite comprar el terreno, entonces, optan por alquilar terreno. Poseen solo la casa, pero no la propiedad. Algunas soluciones u opciones son, poner ruedas a las pequeñas casas e irse a vivir, donde les plazca, pero en realidad, no es eso lo que quieren, es tan solo lo que pueden, dadas las condiciones económicas y estructurales de la crisis. ¿Hasta cuando durará? En realidad, ya lleva varias décadas, sin solución, análisis, y sin entender las causas, para proyectar soluciones viables.

upload.jpg