Guatemala, todo empieza de nuevo por Cristóbal Pérez-Jerez

Guatemala vive un proceso electoral sin expectativas. El 19 de junio los votantes están convocados a votar para elegir presidente, diputados y alcaldes. Otra vez un máscara de democracia tañera la campana en los aposentos de los ciudadanos. Por un momento todo el país, unas semanas, un día todo quedará inmóvil; todo será silencio, salvo la voz de la campana sin esperanzas y la marimba y su triste eco. Los sueños quedan paralizados, rígidos al saber que en este país nada cambia nunca.


Cada vez las promesas electorales son como nunca, el pueblo pierde como siempre. Parafraseando la frase de la selección de fut, juega como nunca, pierde como siempre. Los ecos de una Guatemala mejor se pierden — apenas han duran un instante—.


En otras regiones los procesos electorales venden la ilusión de construir un mejor país, una nación que represente las mejores aspiraciones de la humanidad. En Guatemala, los candidatos son los mismos, reflejan los mismos discursos de los últimos 40 años. Un país quedó atrapado en los desórdenes de la guerra fría. Como las poblaciones que sufrían la peste, las manchas escarlata en el cuerpo y la profunda división social son su estandarte, que la aislaba toda simpatía.


La discriminación y el abuso han devastado el país durante largo tiempo. Es de los países sin esperanza, Estados fallidos. “Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era su encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre.” Parece que Edgar Allan hubiera escrito nuestra historia desde sus edificaciones de terror.


Mientras que el mundo se prepara para la cuarta revolución industrial. Que es la etapa que tiene confrontados a Estados Unidos y Europa frente a China, en torno a la toma del poder económico por los robots cibernéticos, que orientan la convergencia de procesos integrados de tecnologías digitales, físicas y biológicas y que transformarán el mundo haciendo que dos tercios de la humanidad se vuelvan obsoletos y marginales. En Centroamérica seguimos viviendo en la guerra fría.


En Guatemala van a participar cerca de 24 parejas electorales (presidente y vice), y más de 24 listas de candidatos a diputados. En este país no existen los partidos políticos, no existen ideologías, ni programas de partido, solamente existen los candidatos de siempre, que no harán nada más que obtener privilegios.


Qué esperamos los demás. En primer lugar que Guatemala encuentre una fuerza, un proyecto político que pueda modernizarla. Este proyecto tiene que establecer con claridad un sistema económico competitivo, basado en una distribución de la tierra que permita surgir miles o millones de empresarios del campo, en que la libre empresa pase por una economía social basada en el cooperativismo competitivo. En segundo lugar, el fortalecimiento de la democracia, basada en el gasto del 20% del PIB en educación primaria y secundaria y en un sistema de salud de calidad; tercero, en la inserción en la 4ª revolución industrial del gobierno y de todo el país. Cuarto, en la inclusión en los beneficios de equidad y no discriminación a todos los segmentos del pueblo, tanto indígenas como mujeres y niños. Guatemala, apenas está por iniciar la revolución de la ilustración que ya pasó por Inglaterra en 1688 y por Francia en 1789. Será 2019 el renacimiento chapín.

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