Trump el presidente del caos por Cristóbal Pérez-Jerez

En el año 2021, varios países van a celebrar la independencia. Guatemala tiene ganas pero no sabe que celebrar.


Según Paul Krugman, https://elpais.com/economia/2019/04/05/actualidad/1554465242_312346.html, Donald Trump no nos quiere. “Y el presidente parece demente e irracional en tantas cuestiones que una afirmación extraña más apenas parece importar.” Trump es un presidente esquizofrénico, pero cuál no. Su programa de gobierno según Krugman es la liberalización de los mercados y generar “nefastas advertencias sobre amenazas imaginarias para otros.” Mientras tanto, el imperio gringo se debilita ante sus contrincantes del mundo.


Krugman casi llora cuando afirma que “…si el gobierno consigue poner en práctica todo su programa –no solo la liberalización de muchos sectores industriales, sino también la discriminación contra sectores que no le gustan, como las energías renovables– el daño será mucho mayor.” ¿Pero, qué han en el fondo? ¿Descubrió Trump una nueva forma de interpretar el mundo?


Según Thierry Meyssan, https://www.voltairenet.org/article205770.html, sí. Mientras algunos comentaristas en el mundo piensan que Estados Unidos va en una loca carrera hacia la nada, que invierte mucho y no logra nada, Meyssan cree que Estados Unidos sí tiene un norte y sabe lo que quiere. Es difícil tener una estrategia de largo plazo. George Keenan fue de los últimos en diseñarla. El describió “un supuesto expansionismo soviético para ‎justificar una política de «contención» (containment) frente a la Unión Soviética. El hecho es ‎que, después de haber perdido las guerras en Corea y Vietnam, Estados Unidos acabó ganando.” Logró derrumbar el muro de Berlín y destrozar el entorno soviético. Enterró a la izquierda histórica. A fuerza de éxito económico, fortaleza ideológica y supremacía de los valores del mercantilismo. Consumamos hoy y enterremos el planeta mañana.


Cuando se derrumbó la Unión Soviética, Estados Unidos entró en un fervor ciego por el capital financiero. Siendo la única superpotencia inició la liberalización alocada de restricciones al capital bancario. Nunca soñó George Bush I que la fiesta duraría 10 años. De 1991 hasta 2001. En el 2001 se aceleró la crisis financiera que constantemente derrumba imperios empresariales en Europa, Estados Unidos y Asia. Un período extraño, el capitalismo en crisis, pero sin alternativa de cambio. La izquierda murió bajo los ladrillos de Berlín. El socialismo es un muñeco sin pies ni cabeza. “Las grandes ‎empresas estadounidenses se aliaron al Partido Comunista Chino (de ahí ‎el famoso «viaje al sur» de Deng Xiaoping). Esas grandes empresas estadounidenses ‎trasladaron a China las filiales de menor valor agregado que poseían en Occidente, y lo hicieron ‎simplemente porque los trabajadores chinos, aceptaban ‎salarios 20 veces más bajos que en Occidente.”


Meyssan en su crítica dice que “…para poder manejar con menos trabas sus negocios transnacionales, el Gran Capital trasladó sus ‎haberes a países donde encontraba menos obligaciones fiscales y descubrió así la posibilidad de ‎escapar a sus responsabilidades sociales.”


‎Corría la primera crisis de envergadura, en el 2001, cuando el aparatoso Donald Rumsfeld, secretario de Defensa y miembro permanente del «gobierno de ‎continuidad», inició la transformación de las fuerzas armada en un equipo basado en las tendencias de la informática en lo militar. La economía daba el salto de la industria a las telecomunicaciones y el manejo de datos. El mundo unipolar ya no estaba bajo la lógica del Consejo de Seguridad de la ONU, sino bajo la visión unilateral del nuevo imperio. Rumsfeld y su grupo decidieron que el mundo se iría transformando en un grupo de países viables (Comunidad Europea, Estados Unidos, Rusia, China y Japón) y la periferia que sería el parque de recursos naturales, a los cuales se arrinconaría para debilitar y destruir sus Estados nacionales y entregarlos a guerras intestinas eternas, como si fueran un juego de Nintendo de guerreros matándose eternamente sin ganador y solo con perdedores.


África, ya estaba madura en esa dirección, siguió el medio oriente y ahora le toca a la mal llamada América latina.


Para lograr su independencia de hidrocarburos, el nuevo jeque Barack Obama, en el año 2012 inició la explotación intensiva de petróleo en territorio norteamericano, el fracking generó un aumento impresionante de sus reservas de petróleo y puso las bases para debilitar, aún más si se pudiera, a los Estados “latinoamericanos” dependientes de la exportación de materias primas. Por supuesto estos países de América del sur no se han dado cuenta de lo que pasa.


En la, los bloques militares se basan en alianzas del crecimiento sustentadas en el control de fuentes actuales y futuras de materias primas.


En el plano comercial, Trump y la nueva estructura de capital de Estados Unidos se basan entre otros en las guías de Peter Navarro: http://www2.itif.org/2018-guide-trump-tariff-wars.pdf, la idea de Navarro es que China y Rusia basan su crecimiento en la presión sobre los líderes de Occidente y el pirateo de alta tecnología. El aislamiento de estas potencias y su posterior subordinación serán el resultado final. No el fin de la historia, sino la historia de Half-life, Grand theft auto V, y el juego de los organismos de seguridad de la superpotencia. No somos ciudadanos del tercer mundo, seremos simples títeres de la red.


De allí se deriva el ataque a la Asociación transpacífica y todos los acuerdos de libre comercio. Estados Unidos quiere recuperar el control absoluto del capital financiero, su retorno a “suelo nacional”, y el debilitamiento de cualquier acuerdo entre terceros sin el visto bueno yanquee.


Que se juega en Guatemala en las próximas elecciones. Todo o nada. Según la prensa internacional Guatemala es el líder mundial en pobreza, desnutrición infantil e ignorancia de los problemas sociales. Qué es lo más grave. No es la desnutrición de los niños y niñas, no es el sufrimiento de la gente que no alcanza ni la estatura ni el peso corporal mínimos del siglo XXI. Lo peor es una sociedad de mestizos o ladinos que no ven problema en el sufrimiento humano, y que se preparan para celebrar 200 años de fracaso.


Según informaciones, https://www.efe.com/efe/america/sociedad/guatemala-solo-redujo-un-8-7-la-desnutricion-cronica-en-20-anos/20000013-3943388#, “Guatemala sólo redujo en un 8,7 % la desnutrición crónica infantil en los últimos 20 años y las tasas de esta enfermedad en la población indígena son superiores a cualquier promedio mundial.”


Las mismas autoridades de este oscuro país cuentan que “el 46,5 % de los niños menores de cinco años padecen de desnutrición crónica, en el sector indígena esta cifra llega al 58 %.” Es un país que cuenta dentro de sus logros sociales ser el primer país en desnutrición de América y el sexto del mundo.

 

Querido Trump, no te preocupes por nosotros, ya destruimos nuestro Estado nosotros mismos. Te ayudamos con cariño. ¡Ve por otros!

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