Las posibilidades de un nuevo orden global igualitario y distributivo? por Beatriz Villarreal
La vigencia del análisis y de la propuesta que presenta Paul Stone (2019) sobre las posibilidades y vías para enfrenar la crisis sistémica de la economía neoliberal del mundo y de la sociedad actual con el fin de acabar con los bajos salarios, ampliar los empleos y disminuir la acumulación privada de grandes ganancias en pocas manos, hace un propuesta superadora y una síntesis relacional para superar esta situación. Para iniciar describe el camino para crear y poner en práctica un nuevo proyecto social, a nivel global. Como punto de partida argumenta por qué se requiere de condiciones locales que lo hagan viable, para hacer sostenible una nueva forma de producción a nivel global, basada en unidades u organizaciones sociales en pequeña escala como son las cooperativas de servicio y producción, apoyado en un sistema bancario diverso y socializado (no centralizado).
A partir de esto es posible asegurar: a) un nuevo sistema energético con cero emisiones de carbono, b) una producción industrial: máquinas, productos y servicios de bajos costos. Y, c) la reducción del tiempo de trabajo necesario lo máximo posible. Para Masón estas condiciones deben hacer conciencia de lo necesario que son las limitaciones de la voluntad humana en cada habitante, para garantizar la construcción generalizada de propuestas de pequeña escala (no de gran escala y de acumuladores privados) para que su impacto macro económico sea multiplicador, con el apoyo en la tecnología, para valorar, medir y probar virtualmente de previo sus posibilidades, antes de ponerlas a caminar a gran escala.
Lograr la sostenibilidad ecológica con el desarrollo de tecnologías que respondan a los problemas que viabilicen un crecimiento sostenible. Se tiene que hacer una transición humana, no solo económica, y lograr relaciones sociales y económicas más igualitarias. Con el fin de prevenir la acumulación privada para superar la arcaica relación productiva de capital-trabajo. La solución está en la utilización y en práctica cotidiana del poder de las redes, para la argumentación y el debate para la creación de modelos productivos alternativos. Pero sobre todo se requiere el fortalecimiento de nuevas formas de democracia que logren institucionalizar las vías efectivas para arbitrar las diferencias.
Para poder atacar los problemas desde todos los ángulos, las redes permitirán que los individuos también, o junto con las empresas privadas, se conviertan en los agentes de cambio, pero con igual potencial, para maximizar el poder de la información, al convertirse en una tecnología social con su innato poder. Esta sería la forma natural para superar o romper los círculos viciosos que generan la pobreza, que una vez, localizada, permitirá su superación, con la participación de los afectados. Los objetivos a logar son denominados como “las condiciones de victoria” para el máximo nivel y para reducir rápidamente las emisiones de carbono, estabilizar el sistema financiero, elevar los niveles de prosperidad material y bienestar; y, orientar la tecnología para la reducción del trabajo necesario.
En los países de mayor atraso, se tiene luchar contra la corrupción, fortalecer las instituciones y la democracia. Y establecer fuentes de empleo estables, educación y salud para la mayoría de la población, lo cual es una agenda compleja, pero no irrealizable, ante estas nuevas condiciones y posibilidades para convertirse en sociedades desarrolladas.
La metodología a desplegar para hacer las tareas pendientes es aplicar como práctica de trabajo, la tecnología de modelar primero y actuar después. Estas prácticas se vienen haciendo en organismos globales como el Fondo Monetario Internacional y la Organización del Comercio para el Desarrollo, o con los modelos del clima (AIE). La meta es la creación de una red global para simular la transición, utilizando el método de construcción de modelos basados en agentes para planificar los grandes cambios de manera abierta y rastreable. Seguir el ejemplo del Estado Wiki incubando y nutriendo nuevas formas económicas de colaboración e intercambio. Y una acción del Estado remodelando el mercado para favorecer resultados sostenibles, colaborativos y socialmente justos. Expandir el trabajo colaborativo, por medio de modelos de negocios colaborativos. Suprimir o socializar los monopolios como un acto estratégico de redistribución, mucho más eficaz que un aumento directo de los salarios.
Para debilitar las fuerzas del mercado es necesario evitar que las empresas sean las que fijen los precios monopólicos. Y se instaure una renta básica universal para formalizar la separación entre trabajo y salarios; y subvencionar la transición hacia una jornada semanal o una vida laboral más corta para lograr socializar así los costos de la automatización y el progreso tecnológico y para asistir la precariedad del trabajo. Socializar el sistema financiero con instrumentos financieros.
El nuevo papel de la red sería garantizar la calidad de vida para todas las personas con equipos cooperativos, auto gestionado y no jerarquizados, como una forma de trabajo tecnológicamente más avanzada. Esto hará realidad una serie de saltos tecnológicos que abaraten la producción de las cosas y beneficien al conjunto de la sociedad, previendo todo esto en un plazo de 50 años.
