Olmedo España - “Replantear la educación”: a propósito del maestro.

Resulta de interés la reflexión acerca del trabajo del maestro, a partir de  lo que señala Unesco en  Replantear la educación. Uno de sus apartados se refiere a reinterpretrar los cuatro pilares de la educación: Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender a ser y Aprender a vivir juntos, que hoy  “no puede quedar limitado a los aspectos sociales y culturales de las interacciones humanas, sino que debe abarcar el interés por la relación de la sociedad humana con el medio ambiente”. Y en cuanto al pilar aprender a aprender,  se impone la necesidad de formar a los nuevos profesionales en el ámbito de las competencias para que puedan tener mayores aptitudes y  capacidades de utilizar adecuadamente los conocimientos.

El segundo apartado es lo que afirma Unesco,  relativo al nuevo papel de los educadores en la sociedad del conocimiento: “hoy estamos en presencia del extraordinario aumento del volumen de información y el conocimiento disponible que exige    un planteamiento cualitativo de su transmisión, difusión y adquisición, en el plano individual y colectivo”. El “docente pasa a ser un guía que permite a los estudiantes…desarrollarse y avanzar en el laberinto cada vez más intrincado del conocimiento”.

Por ello los maestros se deben capacitar para  estar a la altura de las circunstancias a fin de que sus estudiantes no los rebasen, particularmente  lo que ya se experimenta con  aprendizajes  a través de los teléfonos móviles inteligentes, tabletas,  libros de lectura electrónica,  reproductores de audio portátiles y  consolas manuales que están a la orden del día de los estudiantes.

De ahí  que se debe mejorar el trabajo con los educadores incorporando otras formas de aprendizaje,  considerando que  en este laberinto del conocimiento, el maestro, dice Unesco,  adquiere más importancia porque es el guía, orientador,  luz que encamina a sus estudiantes a no perderse en esa infinidad de opciones que ofrecen los medios digitales.  

El cuerpo docente es  fundamental para encausar la calidad de la educación. Son los que colocan en el centro del aula el currículo y los que incrementan las posibilidades de formar competencias y conciencia ciudadana.

Al docente se le debe preparar para aprender a aprender, a desaprender y a reaprender en un mundo en constante cambio. Habrá que hacer esfuerzos para incorporar  todos los procesos que se desprenden de las tecnologías de la información, en tanto que este modelo pedagógico pretende favorecer los aprendizajes de una manera más agradable y así, evitar que en pleno siglo XXI, los educandos sean potenciales analfabetos.

Es necesario educar el recurso humano para que pueda hacer un uso racional, inteligente y autónomo de la información, porque los estudiantes requieren desarrollar sus habilidades en la era de la geoinformación. Aprender a hacer, desarrollar un pensamiento crítico, sistemático, anticipativo. Para lograrlo, es necesario mejorar la docencia e investigación.

Los docentes deben  tener la misión, entre otras, de desarrollar  competencias cívicas en sus alumnos “que deben estar presentes con la suficiente intensidad y entre un importante número de ciudadanos como para asegurar la reproducción de la democracia”.  

El debate que se abre hoy en torno al papel de los educadores, consiste en  redefinir la profesión, en tanto que se pueda superar lo que expresan algunos estudios,  al indicar  que hasta hoy, partimos de una situación en la cual una pesada historia de malentendidos, incomprensiones, suspicacia, desconfianza u hostilidad, a hecho que los obstáculos a superar sean muchos en torno  al papel de los docentes en la formación de los estudiantes.

El docente,  no sólo se debe preocupar por el dominio de su propia materia y la manera como enseña, sino   despertar en el alumno el deseo de aprender y despertar curiosidad. 

Es importante destacar la necesidad de convertir la enseñanza en un aprendizaje para la democracia, que promueva los ideales de un buen ciudadano o ciudadana. Una sociedad justa y equitativa, con un buen estilo de vida para todos y todas. Un proyecto de sociedad que incorpore esos ideales como valores sociales, entendidos como principios de libertad, igualdad y solidaridad que se conviertan en guías para la acción social.

Transcribo para la reflexión estas palabras: “Nosotros los niños de esta área rural, necesitamos conocimientos de manera que podamos superar el subdesarrollo. Pero definitivamente no queremos conocimientos sobre armas o drogas. Queremos aprender sobre tecnología avanzada, más allá del trabajo diario en nuestras aulas…Porque nosotros sabemos que la investigación y el conocimiento no es propiedad de un país, sino que es la herencia de la humanidad. Y nosotros, los niños que vivimos en lugares remotos, en países remotos, queremos ser parte de esa herencia. Queremos ser ciudadanos del conocimiento”.