Werner R. González - Hacia un Estado promoviendo el Desarrollo Humano
La construcción de la democracia en las sociedades modernas demanda un Estado fuerte; y aunque no necesariamente grande, si con niveles de sensibilidad social orientados a valores cívicos, morales y espirituales sostenidos en el tiempo intra e inter generacionalmente. En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- 2030, se traducen en la ruta para que los Estados faciliten «por la vía de emprendimientos y políticas públicas» el fortalecimiento social para reforzar la relación Estado-sociedad hacia el desarrollo humano. Y con ello, mover el coeficiente de correlación (±1) hacia valores, lo más cercano a 1, como condición óptima de desarrollo humano dentro de la relación Estado-sociedad. A diferencia de la visión tradicional del desarrollo -que se centra en el crecimiento económico-, el desarrollo humano tiene como propósito ampliar las capacidades de las personas de manera integral y brindar las libertades para que las valoraciones de futuro de cada quien sean alcanzables; para ello, el Estado debe propiciar las condiciones base para el desarrollo: educación universal y de calidad; agricultura familiar de consumo excedentario local; salud preventiva transicional para mujeres, primera infancia y niñez en edad escolar. Sin descuidar el servicio social a las personas de la tercera edad, económicamente vulnerables.
En recientes días, dos reseñas llamaron mi atención respecto de nuevos enfoques que buscan facilitar el emprendimiento del Desarrollo Humano: uno desde un fundamento ideológico y el otro de carácter periodístico. Ampliamente complementarios el uno del otro. La primera reseña, de mi buen amigo, el Profesor, Ph. D. David Monterroso Salvatierra quien opina acerca de la importancia de buscar puntos de convergencia entre ideologías de pensamiento; literalmente indica: “… sería una buena opción para la izquierda ir del socialismo democrático a la social democracia y que la derecha transite de la democracia neoliberal a la democracia social, tomando el tranvía de la Economía Social de Mercado”. Hago cita de este importante enunciado porque me parece que los estira y encoge entre las ideologías ha sido el talón de Aquiles para el Desarrollo Humano, en esta época postmoderna que exige el Siglo21. Además, porque el profesor Monterroso Salvatierra, en mi opinión, sitúa a la Economía Social de Mercado en su justa dimensión. Sin trabajo, sin productividad y sin un sistema de intercambio de excedentes, no hay sistema sostenible, en el tiempo. El intercambio viene desde los orígenes de la humanidad. El cual, ha exigido la creación de sistemas tales como: el trueque entre productos, la sal «concepto antiguo» a cambio de fuerza de trabajo, el patrón oro de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX; y últimamente, la moneda. Ciertamente, todo este entramado relacionado con el intercambio de excedentes es connatural y consustancial a la naturaleza humana, interpretación del autor.
La segunda reseña ilustrada por el legendario periodista estadounidense, Jon Lee Anderson, ofrece una inducción explicativa de la manera cómo alcanzar un verdadero Estado Democrático, El editorialista, Anderson, quien ha hecho cobertura periodística en decenas de países y ha escrito artículos en varios medios de orden internacional, indica: “América Latina y el mundo en general atraviesan una crisis que no se puede ver solo desde la vieja dicotomía derecha-izquierda”. Y con palabras más, palabras menos, Anderson comenta que “el autoritarismo de un lado y del otro, se está tragando a las democracias”, (elPeriódico, 9 septiembre -2018). Anderson hace la reflexión que la batalla hacia el desarrollo, es por políticas humanísticas que salven al planeta; y cita ejemplos que trascienden a las ideologías de derecha y de izquierda: “¿Acaso el cambio climático es de derecha o de izquierda? ¿Acaso el racismo es de derechas o de izquierdas? Más bien, tenemos que hablar de humanismo y democracia verdadera”. Finalmente, Jon Anderson comenta, que es importante fortalecer la cohesión de las fuerzas humanistas para neutralizar las corrientes populistas autoritarias, de derecha o izquierda, no importa; ya que estas corrientes autoritarias aprendieron, a través de la historia, como explotar la pasividad de sus poblaciones. Lo anterior podría quedar en retórica; lo cual no lo es. Pero mejor, si se tiene una propuesta.
Usted se preguntará…, pero…, Cuál es la propuesta tangible para evaluar sostenible e integralmente el progreso de desarrollo humano en Guatemala. Respuesta: El Índice de Pobreza Multidimensional, IPM o bien MPI (por sus siglas en Inglés = Multidimensional Poverty Index). El Estado de Guatemala debe seguir el ejemplo de más 100 países por el mundo que han incorporado el Índice de Pobreza Multidimensional Global «IPM-Global», traduciéndolo a un Índice de Pobreza Multidimensional de País «IPM-País» basado en la metodología Alkire-Foster de OPHI-Oxford para la medición de sus Indicadores de Desarrollo Humano, IDH. Tras diez años de lanzamiento y aplicación a nivel Global de esta metodología multifactorial Alkire-Foster, ya se reportan avances positivos en los indicadores de Desarrollo Humano de aquellos países que han incorporado el IPM en sus estadísticas nacionales para la medición de la pobreza. Es importante hacer notar que un índice, es una metodología que conlleva políticas y estrategias de desarrollo, a cumplir; mientras, que un indicador es un número unidimensional o un vector multidimensional producto de la aplicación de una metodología «índice» de trabajo. Aunque en la práctica son dos términos utilizados indistintamente. Para evitar confusión con el término IPM que hay varias siglas con estas iniciales en Guatemala, se abrevia IPM-Gt.
La buena noticia es que Guatemala «sobre la base de la metodología Alkire-Foster -OPHI-Oxford- que crea el Índice de Pobreza Multidimensional Global -IPM-Global» se encuentra en la etapa de construcción metodológica de su propio Índice de Pobreza Multidimensional, IPM-Gt que deberá dar como resultado varios indicadores en la medición multidimensional de la pobreza en Guatemala. Es importante resaltar que, tras un diplomado de capacitación enfocado a generar capacidades para la construcción del Índice de Pobreza Multidimensional de Guatemala «IPM-Gt» que fuera realizado durante tres meses a partir de marzo pasado con el apoyo de los programas PNUD y UNICEF, se ha establecido la mesa técnica encargada de la elaboración de la metodología Alkire-Foster «OPHI-Oxford» base fundamental para la implementación del IPM-Gt. En la próxima entrega nos referiremos a los avances técnicos de incorporación de variables acordes a la realidad local guatemalteca, dígase: dimensiones, indicadores, pesos y factores dentro de la metodología multifactorial Alkire-Foster; y así, ir paso a paso y etapa por etapa, dando a conocer la construcción del IPM-Gt.