Beatriz Villarreal - La cuarta revolución industrial y su posible impacto en Guatemala
La Cuarta Revolución Industrial o la Industria 4.0 (IVRI) es definida como la masificación de la tecnología a nivel industrial y como una vía de la automatización que sustituye la mano de obra humana por máquinas inteligentes como son drones, inteligencia artificial, realidad virtual e impresión 3D. Este fenómeno está actuando y transformando el mundo de la economía, el del trabajo y a las sociedades. Para José Luis Valenzuela (Revista ARIEL 19) la cuarta revolución industrial es un concepto que engloba las transformaciones del aparato productivo mundial bajo la influencia del desarrollo de familias de nuevas tecnologías como la robótica, la inteligencia artificial, la internet de las cosas, la impresión 3D, la biogenética, los nuevos materiales, la nanotecnología y otras, todas combinándose entre sí.
Este proceso es ampliado por Avent R. (2014: 17) al considerar que se relega al hombre dentro del proceso productivo a un segundo plano. De ser el principal sujeto creador de riqueza pasa a ser solo un productor de bienes y servicios. Ahora es un servidor de instalaciones y en parte de las máquinas (p.18). De ser parte esencial de la producción es convertido en parte desechable, sustituida y eliminada por un robot o por otra máquina. El desarrollo de la inteligencia artificial significa robots que aprenden e incrementan su inteligencia. Son máquinas que además de ejecutar instrucciones programadas aprenden a aprender y con esto desarrollan la capacidad de sustituir al hombre en el proceso productivo. Desarrollan la capacidad general de resolución de problemas o sea de desarrollar inteligencia en matemáticas, ciencias y computación.
Bajo estas nuevas condiciones en la producción, en la esfera socioeconómica, la inequidad de la riqueza y su distribución puede aumentar aún más, la pirámide de la distribución de la riqueza por sí sola nunca cambiará, sino que más bien puede agudizarse en las sociedades originarias de dicho proceso y peor aún en los países pobres como este. Esta revolución es originada en el mundo desarrollado. Sus países son los que acaparan los novedosos resultados económicos y sociales de las tecnologías y de las inmensas ganancias obtenidas de las cantidades de productos y servicios vendidos y exportados a todo el mundo, pero para requieren mano de obra calificada, desarrollo tecnológico, científico, industrial, entre otros. De ahí que hayan realizado reformas educativas acordes a estas demandas. Si comparamos lo anterior con Guatemala, este país no ha invertido casi nada en educación, ciencia ni en tecnología durante las últimas décadas. Lo cual puede profundizar y perpetuar las diferencias sociales que se reproducen a lo interno de la sociedad. Guatemala sería de nuevo un perdedor si no da alguna respuesta que muestre signos contrarios a los que ha mostrado hasta hoy. Lo que predomina aquí son trabajos manuales, no calificados, mecánicos y repetitivos, sin pensamiento e inteligencia agregada, bajos salarios y de mala calidad. Suman más del 80% de los empleo de este país lo que le seguirá definiendo el bajo perfil tecnológico y sus profundas diferencias laborales.
Dentro de la tendencia general de la revolución tecnológica, además se están automatizando trabajos manuales e intelectuales que para nosotros son desempeñados todavía por profesionales, por ejemplo el Derecho. Una aplicación sustituirá el trabajo de los abogados. Para Lancaster, J “los robots absorberán todos nuestros trabajos por sí solos si nosotros decidimos permitirlo” (2015: 8). Las universidades por sus capacidades intelectuales son parte de las instituciones llamadas a tomar cartas en el asunto. De no ser así, lo que queda es continuar siendo consumidores masivos, no creadores de los productos como por ejemplo de los teléfonos celulares y de sus aplicaciones. Si no damos respuestas originales y propias dentro de este proceso global, no tendremos acceso a la producción ni a la riqueza que genera este desarrollo industrial, sino solo a algunas actividades que podremos obtener a partir del consumo de algunas aplicaciones como por ejemplo aumentar el comercio de productos industriales traídos de esos países e importarlos para venderlos en el nuestro. Continuaremos siendo parte de las esferas de la comercialización, lo cual generará un leve impacto positivo en el empleo y en los salarios.
Una propuesta para Guatemala.
Partiendo del contexto productivo nacional es posible incorporar esta revolución tecnológica a la producción artesanal, manual, pequeña industrial y agrícola y a las energías limpias. La tecnología existente permite realizar estos cambios en países como este. Es fundamental establecer espacios y vías que relacionan y establecen encadenamientos productivos con esta revolución. El sector empresarial agroexportador también puede ampliar su radio de acción con la incorporación de tecnologías al proceso agroindustrial de los productos para la exportación y el consumo nacional.
El contexto que significa que la riqueza es generada cada vez más por el capital con una participación cada vez menos del trabajo a nivel mundial y a nivel nacional según Erik Brynjolfsson y 17 científicos recomendaron como alternativas para enfrentar a esta tendencia a las siguientes tres medidas que son: 1ero: “un conjunto de cambios en las políticas públicas básicas en las áreas educación, infraestructura, emprendimiento, comercio, inmigración e investigación”. 2do: hacer un llamado a los “líderes de los negocios a desarrollar nuevos modelos organizacionales, que no solo aumenten la productividad y generen bienestar, sino también crear una amplia base de oportunidades. El objetivo debe ser prosperidad inclusiva”. Lo cual es perfectamente realizable en Guatemala si se da la voluntad política y económica de este país. 3ero: a pesar de que se reconoce que no se tienen todas las respuestas, es posible con más y mejor investigación sobre las implicaciones económicas y sociales de la revolución digital y el aumento de esfuerzos poder desarrollar soluciones y pensamiento para el largo plazo. (Brynjolfsson, E. y otros (2015:1)
En Guatemala es urgente comenzar y fortalecer la reforma educativa para mejorar calidad y cobertura. Políticas Públicas (de corto, mediano y largo plazo) de Desarrollo e Innovación Tecnológica: enseñanza, investigación, y un Plan Nacional de Desarrollo Tecnológico. En las universidades ampliar el número de carreras universitarias en ciencias y tecnología. Así como el planteamiento y desarrollo de Proyectos de investigación en ciencias y tecnología. Pues como señala Lanchester, J, “los robots liberan a la mayor parte de la humanidad del trabajo, y todos se benefician de las ganancias”… pero donde…”la única manera de que el mundo funcionara es mediante formas alternativas de propiedad” (2015: 8). Pues de lo contrario en esta sociedad se podría poner aún más a prueba su futuro si cada vez más disminuyen las oportunidades de empleo y los bajos salarios.
Los cambios que va provocar la Cuarta Revolución Tecnológica en Guatemala pueden ser de tal magnitud, si no se toma en cuenta sus posibilidades y consecuencias, en cuanto a la reducción de puestos de trabajo que pondría en peligro su sustento aún más. Ya que esta revolución se está dando sobre todo en el Norte donde están las empresas líderes de esta revolución y sus tecnologías. Nos vemos obligados a participar en este proceso y sobre todo a buscar respuestas y planteamiento que permitan, tanto a nivel interno como global, otras formas de funcionamiento social que aseguren la participación de todos como productores y como consumidores.